
Con un lienzo que decía “Protejan a las jugadoras”, el partido de fútbol que disputaron la selección inglesa y estadounidense en Wembley durante el fin de semana se convertirá en una postal que pasará a la historia.
Según ha trascendido, la manifestación de las jugadoras fue consecuencia del informe publicado el lunes 3 de octubre de 2022 con los resultados de la investigación que se originó con las acusaciones de mala conducta verbal y sexual por parte de Paul Riley, exentrenador de la National Women’s Soccer League (NWSL). El informe, de 172 páginas, fue encargado por la U.S. Soccer (federación de fútbol de Estados Unidos), estuvo enfocado en toda la liga y entregó detalles de “abusos sistemáticos y mala conducta” en toda la NWSL.
Sally Yates, quien lideró la investigación, explicó en rueda de prensa que “no se trata de un caso de un entrenamiento duro o de jugadoras demasiado sensibles. Estamos hablando de una conducta sostenida, degradante y manipuladora que tenía que ver con el poder, no con mejorar el rendimiento de una jugadora”.
En concreto, el informe aborda tres casos específicos, lo que no significa que no se hayan encontrado más casos de violencia durante el transcurso de la investigación. Según se puede leer en el informe, “los equipos de la liga y la federación no sólo no respondieron adecuadamente en repetidas ocasiones cuando se enfrentaron a las denuncias de las jugadoras y a las pruebas de abuso, sino que tampoco instituyeron medidas básicas para prevenirlo y abordarlo”.
Se espera que próximamente sea publicado un nuevo informe que correspondería a la investigación interna que ha hecho la NWSL junto a la Asociación de Jugadores de esa misma liga.
Conclusiones de la investigación
Según indicaba el reporte, la investigación se encontró con una liga de fútbol femenino en que “el abuso y la mala conducta -el abuso verbal, emocional y la mala conducta sexual- se habían vuelto sistemáticos, abarcando múltiples equipos, entrenadores y víctimas”.
El documento también detalla que el abuso dentro de la liga femenina de fútbol estadounidense tiene sus comienzos en las ligas juveniles, momento en que se normaliza el abuso verbal de los entrenadores logrando que se difuminen los límites entre el respeto y la violencia.
Puntualmente, la investigación expone nueve principales conclusiones, entre las que se encuentran que desde un inicio la NWSL, los equipos y la federación no pusieron en marcha medidas básicas para la seguridad de las jugadoras; que los abusos eran sistemáticos; que los informes y las pruebas de mala conducta no fueron abordadas adecuadamente; que los entrenadores abusivos pasaron de un equipo a otro pues no fueron identificados por mala conducta; que existe una cultura de abuso, silencio y miedo a las represalias que podría causar una denuncia; que las jugadoras no tenían seguridad en el trabajo ni protección; que la inacción por parte de los equipos puso en peligro a más jugadoras; entre otras.
Recomendaciones finales
El informe, además de abordar una denuncia en particular y de develar dos casos de abusos que no habían sido denunciados con anterioridad, entrega recomendaciones a las partes involucradas para detener el espiral de violencia que se vive en la liga estadounidense. Entre estas destacan la obligatoriedad de revelar con exactitud las malas conductas de entrenadores -para así evitar que pasen de equipo en equipo- y de investigar todas las denuncias; formación anual para que jugadoras y entrenadores tengan conocimiento sobre las políticas aplicables que rigen el abuso verbal y emocional, la mala conducta sexual, el acoso y represalias; y designar a una persona responsable de la seguridad de las jugadoras.
Por otro lado, el mismo día en que la investigación fue publicada, Cindy Parlow, presidenta del U.S. Soccer, formó una equipo de trabajo para aplicar las recomendaciones del informe. Entre las funciones de este comité están también examinar las posibles medidas disciplinarias, la concesión de licencias a los entrenadores, los protocolos de investigación, las opiniones de las jugadoras, entre otros temas relevantes.
“Estas acciones serán las primeras de muchas medidas que tomaremos para detectar, prevenir y abordar diversas formas de mala conducta y abuso. Tenemos mucho trabajo que hacer no solo para que nuestro deporte sea seguro, sino para reconstruir la cultura de nuestro deporte”, concluyó Parlow.
Se espera que a finales de enero de 2023, la Federación de Fútbol de Estados Unidos publique un plan de acción completo en respuesta a la investigación que ha remecido al mundo del fútbol durante los últimos días.