
Las diferencias en cómo la sociedad reacciona ante actitudes de hombres y mujeres están presentes en todo ámbito, incluyendo en el deporte. La ambición, agresividad o sensibilidad significan cosas muy distintas si es que la persona es un hombre o una mujer. Serena Williams, una de las mejores tenistas de la historia, también ha sido objeto de esta doble mirada.
“Estaba en Suecia sentada en el escritorio del hotel, escribiendo y borrando y escribiendo y pensando y llorando, sentada frente al computador con lágrimas en la cara mientras estaba redactando esas palabras y volviendo a mis memorias. Me decía «Dios, esto es muy, muy difícil»”. Así de caótico presenta Serena Williams el proceso de escribir su decisión de dejar el tenis, la que fue publicada en la revista estadounidense Vogue en su edición de septiembre.
La que ha sido llamada como “la mejor de todos los tiempos” cerró su carrera en el US Open, campeonato que ganó seis veces. Cayó en tercera ronda ante la australiana Ajla Tomljanovic. Williams conquistó 73 trofeos durante sus años como tenista profesional, entre ellos siete Wimbledon, siete Open de Australia y tres Roland Garros.
Hace dos semanas, Serena dio una entrevista para “Archetypes”, podcast conducido por la actriz y activista por los derechos de las mujeres Meghan Markle. En la conversación se abordaron temas relacionados a los estereotipos que se le asignan a las mujeres en los distintos roles que cumplen. En el caso de Serena Williams, por no encajar en esos roles, ha sido numerosas veces criticada por la prensa, sobre todo por su comportamiento en la cancha.
Ambición
Durante la entrevista, se habla sobre un calificativo con el que ha sido identificada Williams durante toda su carrera: ambiciosa. Y a pesar de que esa ambición es la que le ha permitido llegar tan lejos, sí reconoce que la sociedad le asigna esa palabra de manera negativa. Luego de señalar que para un hombre esa misma palabra significa algo positivo, la tenista reflexiona sobre un artículo que leyó, el que indica que “las niñas tienden a levantar su mano en clases cada vez menos a medida que crecen porque su confianza comienza a desvanecerse gracias a los nombres con los que las llaman. Y es interesante porque en la universidad casi ya no levantan la mano”.
A los 11 años, Serena fue entrevistada junto a su hermana Venus en Trans World Sport. En la entrevista le preguntan a qué se quiere dedicar y qué haría si no cumpliera ese sueño. Su respuesta es un reflejo de su ambición.
“No sé qué estaba pensando (ríe), pero es divertido porque en ese tiempo no lo estaba pasando tan bien”, explica Serena en el podcast luego de haber escuchado nuevamente esa declaración.
Miedo
Es un partido que pasó a la historia. En 2004, Williams se enfrentó en cuartos de final del US Open a Jennifer Capriati, partido que se hizo famoso por el número de pelotas fuera que la jueza principal cobró en contra de Serena. En un punto, la jueza de silla, la portuguesa Mariana Alves, anuló la decisión correcta de un juez de línea, a pesar de que sucedió en el lado más alejado de la cancha donde ella estaba sentada.
En ese tiempo, el “ojo de halcón” era solo utilizado para la televisión, por lo que solo los televidentes y comentaristas podían ver los cobros incorrectos de Alves.
“En ese partido tenía miedo de pegarle a la pelota porque cada vez que lo hacía, decían que estaba fuera sin importar qué tan cerca o qué tan lejos estaba de la línea”, explica Serena, quien finalmente perdió ese partido. Por su parte, Alves no volvió a ser citada como jueza en esa versión del US Open y quienes organizaron el campeonato comenzaron a evaluar al “ojo de halcón” para que se convirtiera en una herramienta disponible en la misma cancha. Esta iniciativa se hizo oficial en 2005 en el Masters de Miami.
Durante 2011, también en el US Open, Williams llamó “ladrón” al juez del partido, Carlos Ramos, lo que tuvo como consecuencia que se le quitara un juego. Durante ese tiempo, la tenista declaró que no estaba segura si habría hecho algo distinto: “Definitivamente no puedes retroceder en el tiempo, pero no puedo sentarme aquí y decir que no diría lo que dije porque realmente pensé que me había quitado un juego». Además, en esas declaraciones, reflexionó sobre la dureza con la que se le había tratado después del partido por parte de los medios de comunicación. “Los tenistas hombres se pasan todo el tiempo protestando y diciendo malas palabras. He visto a otros hombres llamar a otros árbitros varias cosas y mucho más terribles. Estoy aquí luchando por los derechos de las mujeres y por la igualdad”, defendió Williams. «Creo que el quitarme un juego cuando le dije «ladrón» es sexista. Nunca nadie le ha quitado un juego a un hombre porque le dijo al juez «ladrón»».
Hoy, Serena Williams reflexiona sobre las consecuencias que tuvieron esas experiencias en su carrera. “Esa (el US Open 2004) fue una de las primeras veces que pasó y luego una gran cantidad de cosas ocurrieron y no de todas estoy orgullosa. Me acuerdo de haber estado jugando en Australia años después y sentía que no estaba la Serena en mí porque sentía miedo. Tenía miedo de ser yo por todas las experiencias que había tenido y terminé perdiendo un partido porque tenía miedo de desafíar o ser yo misma. No puedo ganar siendo alguien diferente, tengo que ganar siendo Serena. Y ser Serena implica ser feroz”. Esto, según Williams, vino indudablemente, con críticas: “Si un hombre lo es -aguerrido o pasional- es emocionante, pero cuando yo lo era significaba que era agresiva y me penalizaban. Nunca lo voy a olvidar: salió un artículo que decía que un jugador era pasional y que yo, que también lo soy, había tenido un colapso. ¿Cómo es que yo había tenido un colapso? Es doble estándar”.
Decisión
“He estado haciendo esto desde que puedo recordar y ahora tengo 40 años. Todo mi ser, toda mi vida ha estado para este propósito. No hacerlo (jugar tenis) es emocionante, ¿verdad? No puedo esperar para despertarme un día y no tener la preocupación de competir a tan alto nivel. Nunca he sentido eso. Tengo una bebé y he parado, he tenido lesiones, pero siempre, en el fondo, estaba esa preocupación y que llegue el momento en que ya no va a existir, es nuevo para mí”.
La toma de decisión de dejar el tenis le tomó mucho tiempo, pues era dejar de hacer lo que había hecho prácticamente desde que tenía memoria: “He estado haciendo para lo que estaba destinada, para lo que nací, lo que fue elegido para mí. Por supuesto que es difícil”. Ese proceso reflexivo la hizo sentir como si estuviera “en la banca”; presente pero no presente, lo que al final del día fue mucho más desgastante.
Cuando por fin decidió dejar de ser tenista profesional, no lo llamó “retiro”, lo llamó una “evolución”. “El tenis fue escogido para mí y es una decisión que amé y yo misma no habría podido tomar una mejor decisión. Estoy muy feliz por todo lo que pasó, pero ahora, por primera vez en toda mi vida, estoy yo eligiendo”.
Serena dice que jamás se podría retirar de algo que ama y que seguirá ligada al tenis de otras formas. Al finalizar la entrevista, sigue reflexionando sobre la palabra “evolucionar” y cómo, eventualmente, la aplicará a su maternidad, rol al que está hoy enfocada y que dice que tiene como meta ser la mejor de todos los tiempos.
A continuación se puede escuchar la entrevista completa en inglés.