
La Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) ha tenido un año movido debido a las numerosas denuncias de jugadoras por malos tratos de parte de los clubes y por la aprobación del proyecto de ley que obliga a las sociedades anónimas deportivas a celebrar contratos de trabajo con las jugadoras de los clubes. Políticas públicas, deporte como derecho, separación de la ANFP con la Federación y las prioridades para profesionalizar el fútbol femenino fue lo que conversamos con las dos nuevas directoras de la asociación.
Catalina Quezada y Paloma Bermúdez son de Colo-Colo. Sin embargo, también confiesan que tienen un segundo amor que no es compartido: mientras Quezada siente un cariño especial por Santiago Wanderers, Bermúdez se pone la camiseta de Ñublense cuando no viste la blanco y negro.
Ambas jugadoras ingresaron al directorio de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) este año. Son las únicas nuevas. Las otras tres directoras -Iona Rothfeld, Javiera Moreno y Camila García- lo fueron también durante el periodo anterior.
Antes de ingresar a la asociación, Paloma y Catalina se conocían solo como contrincantes: “no nos topamos en selecciones a pesar de ser de la misma generación. La conocía como rival -explica Paloma-; cuando yo estaba Católica, me tocó jugar contra el Cobresal en que jugaba la Cata”.
Ambas son socias de ANJUFF desde hace años y han estado involucradas en su quehacer de distintas formas. Sin embargo, el camino recorrido para llegar al directorio fue muy dispar. Para Paloma, involucrarse en una lucha por los derechos y contra las injusticias es algo natural y familiar -es nieta de presos políticos de la dictadura militar chilena, por lo que, según dice, “hablar y abordar las injusticias es algo cotidiano”-. Para Catalina, en cambio, fue algo que vino muy de la mano con un proceso judicial. Quezada es una de las exjugadoras de Everton que demandó a su club por vulneración de derechos. Sin embargo, aclara, la decisión de postular al directorio de la Asociación vino acompañada también por un cansancio por las continuas vulneraciones que existen hacia las jugadoras de fútbol femenino.
Hablemos de política

¿Cuáles son los planes y prioridades de la asociación para este periodo?
Paloma: En primera instancia es todo lo que implica el camino a la profesionalización. Más que quedarnos en el hito de la celebración de contratos, estamos convencidas de que eso va de la mano con mejorar las condiciones del campeonato y de las jugadoras. Eso es prioridad. Por otro lado, queremos seguir la comunicación con diferentes instancias que influyen en el trabajo de las jugadoras. En el periodo anterior, la ANJUFF se logró posicionar en espacios políticos que tuvieron resultados. Creo que hoy nuestra energía tiene que estar en mantener esos lazos, seguir trabajando y tener a estas instituciones como aliadas y, por supuesto, sumar otras nuevas.
Quiero profundizar en la ley. ¿Cómo proyectan esa implementación? ¿Qué más hay que hacer?
Paloma: Te diría que el punto más importante, que es transversal al fútbol, es la separación de la Federación de Fútbol con la ANFP. Sabemos que es muy difícil que los clubes tomen medidas que les influyan a ellos mismos, lo ven como dispararse en los pies, y eso ha entorpecido y ralentizado el desarrollo del fútbol femenino. Creo que esa es una de las luchas que tenemos que dar y estamos convencidas de que si se separan, hay muchas cosas que mejorarían. La ANFP también debe asumir sus responsabilidades. Muchas veces las traspasa a los clubes, lo que es muy fácil porque finalmente nadie se hace cargo. Y todo se hace más grave porque existen vulneraciones a las jugadoras, vacíos.
Catalina: Creo que hay que mirar muy de cerca cómo se implementa la ley. Tenemos que asegurarnos que no haya vacíos y que se pueda dar lugar a que la profesionalización sea justa en toda medida para las jugadoras. Generar mesas de trabajo para esto va a ser importante. Es un proceso que hay que seguir con atención para que no quede algo desregulado. Muchas veces los clubes se tiran la pelota entre ellos y la ANFP para no hacerse responsables, pero al final se van a tener que hacer cargo.
Paloma: Por eso es tan importante seguir en contacto con las instituciones con las que hasta ahora ANJUFF ha trabajado. Hace poco se sumó la Dirección de Trabajo, que es un nuevo actor con el que vamos a tener que comunicarnos más directamente. Yo sé que estoy siendo desconfiada, pero la experiencia me lleva para allá (ríe). En el mundo del fútbol existe este vicio que tiene que ver con esquivar la ley. Vamos a tener que estar atentas para exigir que la implementación se haga de la mejor forma y no por lo mínimo.
Luego de la aprobación de la ley, salieron algunas críticas respecto a que probablemente a las jugadoras se les va a pagar el mínimo y que podrían estar impedidas de buscar otros ingresos económicos justamente por los contratos.
Paloma: Es muy parecido a lo que hablábamos antes, este historial de los clubes por hacer lo mínimo. Soy desconfiada y me cuesta creer que los clubes van a hacer un buen trabajo por voluntad y convencimiento. No pasó durante estos años, ¿por qué va a pasar ahora? Es por eso que se hace urgente seguir el proceso de cerca y sumarnos a las transformaciones paralelas teniendo claro lo que no podemos transar. No somos un ente fiscalizador, pero sí vamos a poder hacer comparaciones entre cuánto ganan los hombres y las mujeres, y existen herramientas legales que nos pueden ayudar a cerrar esa brecha. En ese sentido, la normativa laboral va a estar de nuestro lado y eso igual es esperanzador.
¿La ANJUFF tiene planes de convertirse en sindicato?
Paloma: Es un tema que hemos conversado, pero nos faltan instancias, procesos, conversaciones y asesoramiento sobre lo que eso implicaría. Creo que existen dos caminos: que la ANUFF se transforme en el sindicato de las jugadoras, y otro es un sindicato de jugadores y jugadoras que tenga representatividad.
O sea, con o sin el SIFUP, la ANJUFF se transformaría en un sindicato.
Paloma: Hasta ahora son las conversaciones que hemos tenido. Todavía es muy temprano para tener una decisión tomada o saber cuál es el camino, pero lo estamos evaluando. Nos falta información. Hasta ahora hemos estado enfocadas en cómo va a ser nuestro trabajo el tiempo que viene y esto es algo que tenemos que eventualmente abordar.
Este domingo es el plebiscito. ¿Qué opinión tienen sobre la propuesta de nueva constitución y sobre el artículo que aborda el derecho al deporte?
Catalina: Como ANJUFF, al ser una organización de representación, a veces es demoroso tomar posturas oficiales. De todas formas, nos parece que el derecho al deporte es un punto super importante. Lo que provoca el deporte en las personas es relevante. No se le puede quitar la oportunidad a nadie de que pueda participar de cualquier deporte, no solo fútbol. El deporte abre muchas puertas, en todos los ámbitos. La arista social del deporte no se puede perder de vista. Nunca.
Hemos visto durante el campeonato actual numerosas negligencias y vulneraciones por parte de los clubes hacia las jugadoras. ¿Qué está pasando? ¿Efectivamente los clubes están siendo más negligentes o es algo que recién la prensa está visibilizando?
Catalina: Yo creo que eso último es lo más acertado, la prensa recién lo está mostrando. Lo puedo decir sin pudor porque vengo participando del campeonato profesional desde el 2011. Sí, ha ido mejorando, pero creo que la rapidez de las redes sociales ha influido en que los medios de comunicación estén mostrando más. Ha sido un año muy ruidoso en el fútbol femenino. Creo que se ha visto más su realidad porque los medios y las personas están teniendo un mayor sentido de propiedad con el fútbol femenino, les importa, lo están haciendo suyo. Me acuerdo que en mis inicios en el fútbol profesional, nosotras jugábamos partidos en canchas de fútbol amateur, teníamos suerte si había camarines con agua, estábamos sin ambulancias y los partidos comenzaban igual. Incluso las árbitras o árbitros no tenían herramientas básicas, como los banderines de corner. Sí, ha mejorado, no es suficiente, pero ahora la gente ve nuestras condiciones.
Hablemos de sueños

Ambas juegan a la pelota desde que tienen memoria. La familia completa de Catalina es futbolera y desde pequeña la acompañó a todas las actividades relacionadas. En algún momento, Catalina fue invitada a jugar a un club deportivo de fútbol amateur masculino y su mamá, sin dudarlo, la llevó. Eventualmente llegó a un equipo amateur de mujeres. “Durante ese proceso jugamos varios campeonatos regionales y nacionales. A finales de 2010, si no me equivoco, Cobresal quiso afiliar a un equipo femenino y afilió al equipo en que yo estaba. Así pasó a ser el equipo profesional de Cobresal de allá en Rancagua. Esos fueron mis primeros pasos en el profesionalismo y desde ahí que no he parado”.
“En mi caso, también fue familiar”, dice Paloma. Su hermana mayor jugó fútbol y estuvo en la selección. “Jugué con ella, en el colegio, en el barrio, en todos los lugares que podía jugar, jugaba”. A los 10 años, Paloma ingresó a la escuela de fútbol femenino Santiago Oriente, “una de las poquitas que había en ese tiempo”. Su paso a ser profesional estuvo ligado a la creación del campeonato femenino de la ANFP. “Como pasó en otros clubes, Santiago Oriente le pidió el nombre a un club profesional, que en ese tiempo era Provincial Osorno y se inscribió así al campeonato de la ANFP. Ahí participé como sub 17 y esa fue mi primera vez jugando profesional”.
Hoy las dos están enfocadas en su trabajo como directoras de ANJUFF, pero sí hay ideas distintas en el futuro. Ante eso Catalina responde rápido y sin duda. Dice que dentro de sus posibilidades le gustaría ser entrenadora de un equipo, aunque hoy se desempeña como kinesióloga. Paloma, quien es terapeuta ocupacional, lo reflexiona un poco y dice que en realidad no sería entrenadora, que lo suyo es trabajar en deporte pero desde otra arista: desde las políticas públicas, desde los barrios.
¿Cómo es el fútbol que sueñan?
Catalina: El ideal sería que todas las condiciones y herramientas que nos faltan como jugadoras de fútbol femenino, estén, que exista todo lo que permita que las jugadoras puedan desenvolverse en su trabajo. Desde ambulancia hasta que no pasen hambre y se les dé alimentación de acuerdo a sus exigencias físicas. El ideal es que tengan un camarín adecuado, que sus indumentarias no sean lo que dejaron los hombres o que todas tengan la misma posibilidad de dedicarse exclusivamente al fútbol. El ideal es eliminar esas brechas que existen entre las jugadoras del campeonato nacional.
Paloma: Con recursos y con gente interesada en el desarrollo del fútbol femenino, todo sería mejor. Muchas de las cosas que no pasan en el fútbol femenino tienen que ver con voluntades, con falta de conocimiento y de convencimiento de cómo tienen que ser las cosas. Me imagino un campeonato en el que el 100% de sus jugadoras estuviesen contratadas, recibiendo un sueldo digno, donde sus clubes se hagan cargo de su salud, de sus entrenamientos, de todo lo que implica ser futbolista y mujer. Un ideal sería también que hubiera un campeonato con mecanismos estratégicos para su visibilización, donde todos los clubes jugaran en sus estadios, donde viéramos más entrenadoras. En general, creo que tiene que ver con la dignificación de la profesión desde todas sus aristas. Yo creo fielmente en el fútbol y en el deporte como una herramienta de inclusión y de desarrollo social, es el deporte de barrios en Chile y creo que estas cosas permean muchos contextos. El desarrollo del fútbol femenino elimina brechas relacionadas a género, pobreza y participación de espacios públicos. En ese sentido, la profesionalización también permite que se desarrolle el fútbol en otros contextos porque ahora va a existir una posibilidad real de vivir del fútbol.