Fernanda Pinilla: “Creo que la desobediencia es una virtud muy grande”

La futbolista de Universidad de Chile, deportista olímpica, candidata a magister en física y seleccionada nacional presentó su primer libro autobiográfico, “Desobediente”, un título que no es casual, pues la desobediencia, cuenta, ha sido algo que la ha acompañado en distintas etapas de su vida. En esta entrevista cuenta detalles del proceso de escritura, de su vida y reflexiona sobre la desobediencia como virtud.

Fernanda Pinilla empezó el proceso de construcción de su libro biográfico, “Desobediente”, en 2019. “Partí trazando líneas, pensando si realmente quería escribir una historia y cómo la quería contar”, cuenta la futbolista, quien también es estudiante de magister en física de la Universidad de Chile. El comienzo no fue fácil, pues era la primera vez que había escrito algo que tenía como objetivo contar una historia que fuera llamativa, que pudiera enganchar. Sin embargo, el estallido social y la pandemia le pusieron una pausa al proyecto, el que renació en 2021. 

Si bien en un inicio el libro se planificó como una serie de entrevistas y contemplaba a una persona editora para ir armando el relato, finalmente Fernanda decidió escribirlo ella misma. “Tenía harto en mente, había momentos en los que escribía un poco, reflexionaba al respecto de mi vida, sobre momentos actuales en cuanto al fútbol, a la ciencia… ahí decidí finalmente escribir el libro yo. Fue un trabajo bien complejo, pero tuve ayuda de una editora y también fue muy importante mi pareja para la redacción, para que todo tuviera un sentido y la frases pudieran fluir”, explica Fernanda. 

¿Con qué se va a encontrar en el libro el o la futura lectora?

Se van a a encontrar con un relato en primera persona de ciertas vivencias, recuerdos que me ha ido entregando el fútbol y la ciencia, y cómo fui desarrollando ciertas convicciones que hoy en día me definen, convicciones sobre abrir espacios para que las futuras generaciones de niñas y jóvenes quieran y puedan estar más presentes en el deporte, sobre todo en el fútbol. También tengo mucha sensibilidad por causas sociales y sobre todo por la reivindicación de las mujeres y diversidades sexuales. Entonces, hay un poco de todo eso en el libro. Espero que se encuentren también representados y representadas con mi historia porque creo que no se escapa a la de cualquier chileno o chilena.

¿En qué momento te diste cuenta de que estabas transgrediendo normas o cánones sociales? 

En distintas etapas. Cuando niña fue lo más chocante y lo más frustrante… bueno, siempre lo fue, pero creo que porque no tenía ciertas herramientas en ese entonces. Sentía mucha vergüenza de mí, de mi aspecto, de mi forma de ser, de actuar. Cuando tomaba las decisiones de, por ejemplo, jugar a la pelota, no estar en el recreo con mis compañeras y estar con mis compañeros jugando fútbol o no querer ocupar falda en el colegio porque me incomodaba al correr, sentía vergüenza de tener esas ganas y ver que mis profesores o profesoras me miraran un poco extraño. Sí conté con el apoyo de muchos amigos y amigas, pero habían niños y niñas de otros cursos, sobre todo mayores, que me molestaban. Entonces obvio que en ese momento me di cuenta que era diferente por estar saliendo de la norma. También por las decisiones de dedicarme al fútbol y perderme los fines de semana, recibí muchos malos comentarios de personas que no entendían por qué decidía eso. Incluso me di cuenta de que estaba rompiendo espacios, uno que es netamente masculino y machista, por cierto, en la ciencia. En la universidad me di cuenta de que había una forma de hacer ciencia que estaba muy naturalizada en mi universidad, sobre todo en el departamento de física, y el no querer formar parte de esa misma manera de hacer ciencia también hizo darme cuenta de que estaba un poco en contra de la naturalidad de las cosas que habían construido otras personas. 

¿Consideras que las niñas de hoy que se sienten igual a ti a tu edad, te podrían tener como referente? 

Siempre me ha costado esto de los referentes o referentas porque yo nunca tuve, además de mi papá y mi mamá. Creo que las y los referentes están más cerca de lo que creemos, pero de todas formas puede que mujeres adolescentes o niñas identifiquen su estilo, forma de vida y lo que les ha tocado vivir con algunos pasajes del libro y mis relatos, y las haga sentir más acompañadas. Claro, a mi me pasó que cuando conocí a más amigas por el fútbol o por la ciencia, me fui dando cuenta de que teníamos historias de vida similares y ahí ya no te vas sintiendo sola en un mundo en el que sientes que no encajas, donde te cuesta abrirte espacios. Creo que, en ese sentido, puedo entregar algo para decirle a las demás niñas, jóvenes y mujeres que quieran leer el libro: somos muchas más como ellas. 

¿Te sientes desobediente?

Sí, me siento desobediente, siento que lo he sido durante toda mi vida. Probablemente hay amigas que fueron mucho más desobedientes que yo. También creo que eso es una virtud porque, si no lo fueramos, seguiríamos, poniendo un ejemplo muy absurdo, encontrando la esclavitud como parte del sentido común, seguiríamos las mujeres probablemente sin derecho al voto, sin poder expresarnos democraticamente, seguiríamos las disidencias sexuales intentando sobrevivir en un mundo que no nos respeta. Entonces creo que la desobediencia en sí es una virtud muy grande, es la única que nos ha llevado -a través de evidentemente muchas luchas, mucho sufrimiento también, incluso vidas- a que las cosas que hoy en día que nos parecen que son de sentido común, lo sean. No hay sentido común que no haya tenido una lucha de mucho tiempo. Entonces sí, creo que la desobediencia en sí es un valor, una virtud.

Portada del libro de Fernanda Pinilla.

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