Un nuevo fútbol para un nuevo Chile

Andy Zepeda Valdés, presidente Asociación Hinchas Azules

El anhelo de un fútbol con carácter social y democrático tiene ya varios años. Desde incluso antes de que se aprobara la maldita ley de sociedades anónimas y los clubes se transformaran en empresas, agrupaciones de hinchas han luchado para revertir esa lamentable realidad. Por momentos, dicha lucha se ve infructuosa, hay que reconocerlo. Cuesta mucho lograr avances significativos. Incluso aquellos avances que en principio han sido significativos, como la modificación a la ley 20.019 presentada en 2016, están sujetos a los designios del propio poder que se intenta subvertir. Aquello sigue durmiendo en la comisión de Constitución del Senado.

¿Qué se ha logrado entonces? Como primer gran logro no se puede menospreciar la concientización de las y los hinchas respecto de la crisis que representa la profunda mercantilización del fútbol. Como hincha de Universidad de Chile, me es imposible recordar la aprobación casi transversal que tenía Azul Azul tras los éxitos deportivos obtenidos en 2011. Casi no había cuestionamientos. Hoy el panorama es muy diferente: prácticamente nadie piensa que el modelo de sociedades anónimas tenga legitimidad o sustentabilidad. Lo mismo ocurre con hinchadas de todo el país. He ahí, en el descontento, una base absolutamente necesaria para lograr avances.

¿Otro logro? Recientemente las y los hinchas de la U (apoyados por hinchadas de otros equipos, hay que decirlo) logramos algo histórico: reunimos la alucinante cantidad de 15 mil firmas de apoyo para la iniciativa popular de norma llamada “El derecho a ser club y ser hincha”, que busca consagrar la práctica deportiva, la participación democrática en las organizaciones deportivas y la expresión identitaria como derechos fundamentales en la nueva constitución. Falta aún defenderla frente al pleno de la Convención Constituyente, pero existe mucha confianza respecto de una votación favorable. De prosperar, al Estado de Chile no le quedaría de otra que modificar sus leyes para que estén acordes a la nueva constitución. Hablar del fin de las sociedades anónimas es apresurado, pero como mínimo dejarán de existir tal y como las conocemos. Las y los hinchas dejaremos de ser los parias que hemos sido hasta el momento.

Pero hay otro as bajo la manga: la promesa del nuevo gobierno de cambiar el fútbol. “Crearemos un modelo chileno de administración del fútbol profesional en el cual las personas que son socias e hinchas tengan una incidencia real en las políticas de desarrollo del club”, dice el programa de gobierno con el que Gabriel Boric, un futbolero que entiende lo que está en juego, ganó las últimas elecciones. Es una palabra por cobrar, pero es sin duda muy alentador saber que hay voluntad por parte del gobierno entrante de trabajar por transformar las cosas. Será un camino arduo de trabajo conjunto entre organizaciones y el ejecutivo, también de trabajo político con el legislativo, pero en Chile el fútbol volverá a ser de la gente.

Ya sea a través de la constitución o con la gestión del próximo gobierno, parece ser que hay argumentos suficientes como para pensar que en el nuevo Chile que se está forjando, el fútbol tendrá otro cariz, uno en el que las y los hinchas tendremos derechos, no beneficios comerciales; donde seremos socios y socias, no clientes. Eso sí: no hay batallas ganadas, hay que seguir peleando cada avance en todas las trincheras.

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