
Por Fernando Clement
A fines de septiembre, tras caer en el Superclásico (completando ocho años sin poderle ganar de local al archirrival), un camarada señaló que a esto no se le puede denominar como “la U”, si no como “Azul Azul FC (fútbol club)”. Esto por la impresentable actitud de la gran mayoría de los jugadores durante los 90 minutos del encuentro y la vergonzosa estadística en clásicos desde la llegada de la concesionaria, aquel triste 25 de mayo de 2007, día en que se apoderaron de nuestros colores e historia.
Un mes después del Superclásico, nuevamente volvemos a pelear por no descender, siendo la cuarta vez en los últimos años (Clausura 2016, 2019, 2020 y ahora 2021). Al parecer, Azul Azul S.A. aparte de transformarnos en un equipo pierde clásicos y pierde partidos “clase A” (definiciones, torneos internacionales), también nos transformó en un equipo pelea descensos y, para peor, en un equipo sin actitud ni mística para dar vuelta la situación.
Cuando la “U” era un club administrado por sus hinchas, con derecho a voz y voto, existía una gran identidad institucional que se veía reflejada en la cancha. Se podía perder, pero siempre se salía con la frente en alto, luchando hasta el final. Hoy, con Azul Azul S.A. ocurre todo lo contrario: si el rival abre la cuenta o se pone arriba en el marcador, ya sabes cómo es probable que termine la historia. Hasta eso nos quitó esta empresa, la fe que tiene uno como hincha.
La “U” es amor propio, coraje, rebeldía, ir más allá de horizonte. Lo que vemos hoy en día no es la verdadera “U”, esto es “Azul Azul FC”. La única forma de terminar con toda esta pesadilla es recuperando el club para sus hinchas, que la “U” vuelva a ser nuestra, poder participar, opinar y votar en todos los rincones del país y en el exterior. Este es el camino. JAMÁS será el de seguir en las garras del fútbol de mercado y que sigamos siendo solo unos simples espectadores y clientes.
Yo, por un tema de edad, no he vivido a la “U” como club, ya que mi romance con estos hermosos colores comenzó a fines de 2006, pero no hallo la hora de que se abra el padrón de nuevos socios CORFUCH para poder inscribirme, tener mi carnet y participar.
La “U” es nuestra y tenemos que recuperarla.