
Cuando se buscan modelos alternativos de manejo de clubes profesionales, un nombre que se repite es el de Independiente del Valle, pues no solo ha conseguido buenos resultados, sino que además lo ha hecho a través de un concepto distinto: la formación integral de sus deportistas. Sin embargo, hay cuestionamientos relacionados a estos mismos procesos, a la falta de apertura del club y a la figura personalista de Michel Deller, su presidente. En el siguiente artículo se muestran algunas particularidades de este ya particular modelo de club.
Cuando se habla de modelos alternativos de manejo y control de clubes de fútbol profesional, un nombre que ha comenzado a sonar con fuerza a lo largo del continente es el de Independiente del Valle (IDV). Independiente, cuyo nombre oficial es Club de Alto Rendimiento Especializado Independiente del Valle, se hizo conocido a nivel continental tras alcanzar la final de la Copa Libertadores de 2016 y se cimentó como equipo relevante en las competencias internacionales tras su título de Copa Sudamericana de 2019, tras vencer por 3 a 1 a Colón de Santa Fe.
Los resultados del club ecuatoriano, sin embargo, solo se remontan a esta última década. Fundado en 1958 en honor al Independiente de Avellaneda argentino, cambió su nombre a Independiente José Terán trás el fallecimiento de éste, quien era fundador y presidente de la institución. El club osciló entre el profesionalismo y el amateurismo por varias décadas, ascendiendo a la segunda división local en 1978, pero descendiendo a tercera en 1995.
Quizás el principal motivo del renacimiento de Independiente del Valle viene de la mano de Michel Deller. Deller, empresario local dueño de varios centros comerciales, inversiones inmobiliarias y franquicias en Ecuador, se convirtió en dueño del club en 2007, cambiando el nombre al dicho anteriormente, Club de Alto Rendimiento Especializado Independiente del Valle. Deller, con su mente puesta en las finanzas, buscó crear un modelo de negocio alternativo al imperante en gran parte del continente y apostó fuertemente por el desarrollo de las series inferiores para convertirse en la base de la selección ecuatoriana. El plan dio frutos: de los 25 jugadores que fueron parte del plantel campeón de la Copa Sudamericana, 11 eran formados en casa. Un número alto, considerando que de los 16 jugadores de Defensa y Justicia que estuvieron presentes en la final de Copa Sudamericana un año después, solo 2 eran formados en casa.
¿Cómo se logró? Un proyecto a largo plazo e inversiones en distintos lugares del país que contemplaron un centro deportivo y formativo de alto nivel, pensiones, canchas tanto en Sangolquí (la localidad de donde proviene Independiente), como en otros lugares donde intentan también captar y formar jugadores. Esto no es diferente, en este sentido, a lo que hacen otros clubes que le dan importancia a su cantera para formar jugadores para el primer equipo. La gran diferencia viene dada por el concepto de formación integral que se incorporó a los planes formativos. Además de canchas y centros residenciales, el club construyó una serie de establecimientos educativos en los que los jóvenes futbolistas terminan sus estudios secundarios, obteniendo la licencia oficial que acredita la completitud de la educación secundaria de Ecuador. Al respecto, Iván Vásquez, uno de los encargados de las divisiones juveniles del club, comentó que “los chicos pasan muchas horas en el complejo, viven dentro del mismo y gran parte de su educación va a depender de nosotros. Si solo nos centramos en lo deportivo, es probable que no todos lleguen a ser futbolistas porque es algo normal, a pesar de todas las oportunidades que da Independiente. En ese escenario hay que preocuparse por ellos, para que todos estén preparados para la vida, que estén formados en lo extradeportivo y no hablo solo del colegio sino en formaciones externas en cuanto a valores y situaciones que le permitirán ser mejor como persona y estar preparado para todo lo que venga o sea no sólo sostener su vida en el fútbol sino también en otros aspectos”. Según reportes, el plan educativo del club, del que más de 100 jóvenes son parte, cuesta aproximadamente un millón y medio de dólares anuales.
Críticas
La recepción al modelo que ha implementado Deller en Independiente del Valle ha sido principalmente positiva, pero no exenta de críticas. Una de estas tiene que ver con el mismo aspecto formativo del club, pues pareciera que la formación integral apunta al objetivo ulterior de vender jugadores a como dé lugar. Desde 2016 a la fecha, el club ha conseguido más de 30 millones de euros por ventas de jugadores, entre las que se destacan los nombres de Moisés Caicedo o José Angulo. Uno de los principales cuestionamientos que se hace al modelo actual de IDV es que muchos de los jugadores vendidos al extranjero regresan al país tras poco tiempo, habiendo cosechado pocos éxitos a nivel personal y laboral. Es quizá esta una de las razones por las que el modelo es tan aclamado: permitió beneficios económicos en una época en la que clubes tradicionales como el Deportivo Quito o El Nacional vivieron importantes crisis económicas.
Otro de los cuestionamientos, y que va de la mano con el modelo escogido, tiene que ver con la figura de Deller en sí. El dirigente es parte de la plana directiva (vicepresidente) de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), de la que es presidente Francisco Egas. En Ecuador, los clubes profesionales no pueden ser sociedades anónimas, pero según comentan fuentes ligadas al fútbol popular en aquel país, “jamás ha trascendido un proceso eleccionario o menos aún una oposición a Michel Deller, lo que hace pensar que, de facto, Deller ejerce como dueño de IDV”. El club cuenta con muy pocos hinchas, los que suelen tener vínculos con Sangolquí y muchas veces, según explican, son también hinchas de otros clubes tradicionales. Tampoco se contabilizan socios -así como tampoco existe mención alguna a hinchas o socios en su sitio web oficial-, por lo que la figura y presencia de Deller es predominante. Y hace unos meses se dio inicio a un proyecto que, empujado por LigaPro (conglomerado de los equipos profesionales ecuatorianos) y FEF, podría permitir el establecimiento y creación de sociedades anónimas deportivas en el fútbol de Ecuador.
El poder de Deller, que crece en Ecuador, no se detiene allí: un grupo empresarial liderado por él se hizo con el control del Numancia español, que actualmente disputa la Segunda B de aquel país.