
Verónica Loyola Fajardo
Colaboradora Asamblea de Hinchas Azules
Siempre quisiéramos hablar de fútbol, pues es uno de los aspectos de nuestras vidas que más nos hace vibrar, nos hace florecer sonrisas cuando las cosas se ponen grises. Siempre quisiéramos hablar de fútbol porque nos mueve y nos une, pero esta vez no podemos.
El domingo recién pasado, incluso quienes son menos “futbolizados” se aprestaban a ver en familia o con amigos el duelo de la selección chilena por las clasificatorias para el Mundial de Qatar a disputarse en 2022. La selección nacional ha tenido un desempeño muy poco satisfactorio, el que la tiene prácticamente sin opciones de estar presente en el mayor evento del fútbol mundial, pero en Chile se vibra siempre con la selección. Incluso aquellos que no entienden las reglas del juego o cuál es la labor de cada jugador en la cancha esperan con ansias sus partidos. Podríamos hablar de aquello, pero eso no puede ser lo más relevante que ocurrió el domingo recién pasado.
El domingo 10 de octubre de 2021, Denisse Cortés de 43 años, estudiante de tercer año de la carrera de Derecho en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, murió en cercanías de Plaza Dignidad en el contexto de una manifestación en apoyo a la resistencia Mapuche y la autonomía de los pueblos. Su fallecimiento está cubierto de un manto de dudas en relación con su causa exacta, pero no existe duda de que alguna cuota de responsabilidad, directa o indirecta, le cabe nuevamente a las fuerzas represivas de nuestro país. No importa si Chile ganó o perdió su duelo con Paraguay; una mujer, una luchadora social, murió en la calle, así como ha ocurrido con tantos y tantas en los dos últimos años.
Asimismo, los y las hinchas de la U estamos felices por el triunfo que el lunes 11 de octubre nos regaló nuestro equipo femenino en el Estadio Monumental al disputar el partido de ida por la semifinal del campeonato de la categoría. Sentimos orgullo porque el equipo femenino nos hace sentir que la mística que el fútbol de mercado apagó en nuestro primer equipo masculino, vive aún en ellas. Pero esa alegría no duró mucho en nuestros rostros. Un día después, un 12 de octubre, casi como una burla malintencionada, el presidente Piñera decretó Estado de Excepción Constitucional en la denominada macrozona sur, lo que, en palabras simples, implica una mayor inyección de recursos represivos en la principal zona de resistencia mapuche. Una declaración que no solo tiene efectos simbólicos, sino que también prácticos que aún no vemos del todo. Por lo pronto, hay claridad de que se ha dejado a las provincias de Malleco, Cautín, Biobío y Arauco bajo control militar, lo que lamentamos profundamente. Es imposible que las sonrisas de nuestros rostros no se apaguen a pesar de las alegrías que vivimos en la cancha.
Corren días grises en Chile y, aunque quisiéramos hablar de fútbol, hoy parece poco prudente dadas todas las oscuridades que nos rodean.