
Fernando Clement
Asociación de Hinchas Azules
Don Agustín era amigo de mi padre, era hincha de Boca Juniors, vivía en Comodoro Rivadavia (Provincia de Chubut, patagonia trasandina). La última vez que tuve la oportunidad de compartir con él antes que falleciera a mediados de 2020, me comentó sobre la organización de la hinchada xeneize de su ciudad, donde, por ejemplo, cuando un jugador histórico del club visitaba la localidad, la filial de hinchas de Comodoro Rivadavia lo invitaba para que compartiera con ellos.
Si en Argentina existen filiales de los clubes denominados grandes en distintos puntos geográficos del país, entonces, ¿por qué no las reactivamos acá en Chile? ¿Por qué no se crean más organizaciones a lo largo del territorio? Pero con un objetivo principal aparte de compartir camaradería: la recuperación del club.
La “U” no es solamente la región Metropolitana, sino todo un país, algo que siempre ha quedado demostrado cuando el Romántico Viajero visita las diversas regiones del territorio nacional a través de los años. Ya sea en el Estadio Chinquihue de Puerto Montt, el Ester Roa Rebolledo de Concepción, el Carlos Dittborn de Arica o el Zorros del Desierto de Calama, la hinchada azul siempre manifiesta su amor por los colores y sentido de pertenencia a través de una fiesta y carnaval espectacular. Porque, aparte de su historia, la “U” es su gente, toda su hinchada de las diversas ciudades, comunas, pueblos, islas y zonas rurales de Chile, y también los que viven en el extranjero, todos y todas quienes vibran los 365 días del año por el chuncho (o búho tucúquere).
Por eso es importante que todas las regiones se sumen a la recuperación del club, que exista democracia y participación para toda la hinchada de la “U”, que se realicen asambleas de socios y socias en todo el país, que el voto y la voz del camarada de Punta Arenas valga lo mismo que el de Arica, que todas y todos tengan la posibilidad de elegir un determinado presidente y directorio para nuestra amado club, que se puedan entregar los puntos de vista de cada una y uno; que vuelva a existir un vínculo entre hinchada e institución.
Que a futuro, cada vez que la “U” visite una determinada ciudad, el plantel pueda compartir con la hinchada el día anterior al encuentro. Que se pueda proponer que todos los años se realicen partidos amistosos en lugares que no poseen equipos profesionales, como en la Isla Grande de Chiloé o las regiones de Aysén y Magallanes, ya sea contra selecciones o clubes locales, o llevando de invitado a un cuadro de Primera División para que toda la hinchada bullanguera pueda disfrutar del equipo.
Pero todo esto solo se puede lograr siendo un club social, con una Universidad de Chile pensada para su fiel y gloriosa gente.