
Por Bárbara Juárez,
Asociación de Hinchas Azules
Llevamos tiempo preguntándonos: ¿por qué el deporte no es relevante para ninguna autoridad? ¿Por qué no se encuentra en ningún programa de gobierno como una cuestión de vital importancia? ¿Por qué no se entrega libre acceso a este y solo se ve como un bien de consumo que hay que explotar? Desde la mirada soñadora de hinchas y amantes del deporte, nos cuesta entenderlo.
Todas las personas tenemos algún recuerdo de niñez en que corríamos detrás de una pelota junto a nuestros amigos y amigas del barrio. Jugábamos en la cancha de alguna plaza cercana a nuestro hogar, el que era nuestro punto de encuentro, el lugar donde cada fin de semana los niños y niñas de todo el barrio se reunían para jugar algún partido de fútbol o para ver expectantes algún duelo a disputar.
Hoy en día entendemos estas simples prácticas como un derecho fundamental para cada individuo porque no todos los niños, niñas y pobladores tienen acceso a reunirse en un espacio que les permita practicar algún deporte en sus territorios. De esta manera, nos alejamos no solo de nuestros pares, si no también de nuestro entorno. Nos preocupa que no existan iniciativas que fomenten los espacios de reunión y libres accesos a infraestructuras que permitan a las comunidades desarrollar actividad física y prácticas deportivas sin tener que pagar por ellas. Soñamos con un país donde el acceso a los deportes y el derecho a la participación democrática de nuestros clubes sean una realidad. Anhelamos y peleamos para que en los próximos años, la mirada en torno al deporte se centre en cómo estas prácticas influyen en el desarrollo de los territorios y de sus comunidades.
Es difícil no ver lo influyentes que son las prácticas deportivas en las comunidades, cómo de una u otra manera se hacen presentes y dejan huellas en los habitantes de cada sector. Es de conocimiento público la labor que, desde el estallido social y también en estos tiempos de pandemia, vienen realizando los clubes deportivos amateur y las organizaciones de hinchas para contribuir con sus territorios, levantando ollas comunes, recolectando insumos y brindando compañía a quienes no la tienen.
Y entonces nos preguntamos ¿por qué no es importante? Si vemos que en cientos de lugares el deporte ha sido un pilar fundamental en tiempos de crisis y en lugares donde nadie pudo llegar, vemos cómo hinchas y simpatizantes de nuestros clubes se han organizado en torno al deporte para entregar a los que más necesitan; vemos cómo gracias al deporte se han organizado instancias educativas, informativas y de ayuda a las comunidades.
Y es entonces que entendemos que el deporte nos da mucho más que medallas, copas y triunfos: el deporte nos une en un solo territorio. Nos damos cuenta de que el deporte no solo es el partido transmitido por televisión, sino que también lo es el club de barrio que sigue de pie juntando cada peso para comprar la implementación que les hace falta; lo es también el club organizado por las vecinas de alguna población, que sintieron la necesidad de verse las caras y participar juntas de en una clase de zumba para salir de la agotadora rutina.
Como hinchas y amantes de nuestro club, no solo deseamos que por fin los accesos puedan abrirse a todas y todos, también peleamos por el derecho a un deporte inclusivo, participativo y con igualdad de condiciones para que no solo las personas más acomodadas del país puedan contar con accesos e infraestructura para realizar deporte y desarrollar las habilidades que deseen.
Queremos que todos los niños y niñas crezcan con la facilidad de acceder a una cancha de fútbol con pasto o a un lugar donde practicar el deporte que ellos y ellas deseen sin ninguna limitación. Fomentar el deporte es más que ejercitarse, es brindar nuevas herramientas de formación para cada uno de nosotras y nosotros.