Osaka, Roland Garros y la salud mental de deportistas

Nuevamente, Naomi Osaka volvió a hacer noticia por levantar la voz sobre asuntos que, vistos desde la óptica tradicional, exceden a “lo meramente deportivo”.

Porque si hace casi un año levantó la voz en contra de la violencia policial hacia la población afrodescendiente en Estados Unidos, esta vez lo que hizo fue posicionarse en contra de la maquinaria que estruja sin miramientos a cada deportista que participa del deporte mercado actual. En este caso, el tenis.

Tanto la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales, la que agrupa solo a los tenistas masculinos) como la WTA (Asociación Femenina de Tenis), tienen dentro de sus reglas que cada jugador o jugadora debe presentarse, gane o pierda, a una rueda de prensa al terminar cada partido y, en caso de no hacerlo, tendrá una multa económica como penalización. En un deporte altamente segregado y donde quienes participan de las categorías más bajas apenas pueden conseguir dinero suficiente para seguir compitiendo, las diferencias entre el trato mediático tampoco escapan a la vista. Mientras las ruedas de prensa de jugadores como Roger Federer o Serena Williams pueden durar decenas de minutos, otras a veces transcurren sin siquiera preguntas. Durante la primera ronda del torneo de Montecarlo, por ejemplo, dos conferencias de prensa duraron menos de un minuto porque ningún periodista estuvo interesado en hacer alguna pregunta: las de Dusan Lajovic y de Hubert Hurkacz, quien había sido hace solo unos días el campeón del torneo de Miami, uno de los más importantes del año.

Este formato de conferencias de prensa no tiene interés alguno en quien sea entrevistado, sino que pone el foco en las necesidades de la prensa y de la organización para “crear contenido” a costa, muchas veces, de los deportistas. A esto se refirió Naomi Osaka hace algunos días, cuando, previo a Roland Garros (uno de los cuatro Grand Slams de la temporada), comunicó su decisión de no asistir a ninguna de las ruedas de prensa obligatorias. “No haré ninguna rueda de prensa durante Roland Garros -escribió en un comunicado difundido en sus redes sociales-. A menudo he sentido que la gente no se preocupa de la salud mental de quienes participamos del deporte y esto se me hace cada vez más cierto cuando participo de eventos de prensa. Una y otra vez nos hemos sentado ahí y nos han hecho preguntas que nos hacen dudar, no quiero tener que someterme a gente que duda de mí”. Además de hacer eco de las numerosas ocasiones en las que atletas se quiebran en las salas de prensa y acusar que no entiende la razón de esta lógica de “patear en el suelo” a quienes están abajo, declaró que “si la organización cree que puede seguir diciendo ‘haz prensa o te multamos’ y seguir ignorando la salud mental de los atletas que son la pieza central de esta cooperación, entonces solo puedo reir”. 

Tras su victoria en primera ronda, Osaka, como había anunciado el día anterior, no se presentó a su conferencia de prensa, algo que molestó no solo a la organización del torneo parisino, de quienes recibió una multa de 15 mil dólares, sino que al resto de los Grand Slams, quienes, en conjunto, emitieron un comunicado en el que declaraban estar muy preocupados de la salud mental de los atletas, pero la vez que la acusaban de no cumplir con sus obligaciones como tenista y que, de seguir en aquello, sería expulsada del torneo. La decisión de Osaka ante esto fue retirarse del torneo y en otro comunicado exhibido en sus redes sociales, explicó que para ella “la salud mental no es un tema para tomarse a la ligera. Lo cierto es que he sufrido largas rachas de depresión tras el US Open de 2018 (N. de R.: Osaka ganó aquel US Open contra Serena Williams, partido en el que Williams discutió severamente con el árbitro Carlos Ramos cuando éste le dio una advertencia por coaching) y he tenido períodos muy difíciles enfrentando aquello. Quienes me conocen, saben que soy introvertida y que usualmente uso audífonos porque aquello me ayuda a alivianar mi ansiedad social. Aunque la prensa tenística siempre ha sido amable conmigo (y quiero disculparme especialmente con los y las periodistas simpáticas a quienes pude haber herido), no soy alguien a quien se le dé naturalmente el hablar en público y tengo grandes ataques de ansiedad antes de hablar con la prensa mundial”. Explicó además que su decisión fue motivada por el autocuidado, que lo hizo público porque quería resaltar que algunas reglas le parecen anticuadas y que, luego del receso deportivo que decidió tomarse para mantenerse lejos de la competición, está dispuesta a participar de grupos de trabajo con el tour para mejorar las condiciones de los y las deportistas. 

Las reacciones ante esto no se hicieron esperar y jugadoras como Sloane Stephens y Venus Williams la defendieron públicamente, mientras los Grand Slams le entregaron su apoyo en este descanso, diciendo que se tomaban muy seriamente la salud mental de la comunidad de tenistas, pero que “las reglas eran necesarias para mantener un campo de juego nivelado”. 

La discusión sobre el rol de la prensa ha llegado a medios internacionales, con reflexiones publicadas en el diario inglés The Guardian llamando a cambiar esta anticuada forma de relacionarse entre los medios y los y las deportistas. Y, mientras públicamente se ha centrado esta discusión en el rol mismo de la prensa deportiva, tampoco puede obviarse que parte de las críticas iniciales de Osaka tenían que ver también con las condiciones de trabajo de quienes participan profesionalmente de los deportes. En este caso, que la maquinaria establecida para generar contenidos no lo haga a costa de la salud mental de quienes mantienen el deporte vivo.

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