
Nuestra Cruzada
El pasado viernes, La Tercera publicó una entrevista realizada a Paula Navarro, entrenadora de fútbol de Santiago Morning, club en el que ha levantado la copa en tres ocasiones consecutivas.
La conversación apuntaba en todo momento al rol de Navarro en relación a su forma de dirigir al plantel. Sin embargo, el periodista Christian González -quien firma el texto- realizó la siguiente pregunta: “¿Hay jugadoras lesbianas en su plantel?”, a lo que Navarro respondió: “Nosotros tenemos todo tipo de profesionales y personas, pero no es labor nuestra ni es tema nuestro meternos en la vida privada de nadie. Nosotros la respetamos, el club también. Es como que dijera si hay jugadores gay. Hay, pero ustedes no les preguntan. El ‘Chago’ ha sido integrador, incluso a nivel racial. Es importante que la diversidad esté presente en todas las organizaciones”.
Esta entrevista dejó una vez más en evidencia la mirada machista que sigue tan latente en los medios de comunicación. Es impresentable que a una mujer vinculada al fútbol se le pregunte sobre la orientación sexual de las otras mujeres con las que trabaja. Da cuenta de una irresponsabilidad por parte de esas líneas editoriales que, como siempre sucede con las mujeres, son consultadas en su mayoría por su vida personal y no por los ámbitos profesionales en que, en muchos ocasiones, se destacan.
Es vergonzoso que en el año 2021 aún existan comunicadores que preguntan sobre la orientación sexual a mujeres. Nunca, en cambio, hemos sabido que ocurra una situación similar con hombres, que se les consulte si son gay. Es una falta de respeto a la intimidad de las personas, en este caso, a las mujeres jugadoras del plantel de Santiago Morning, que en su rama han hecho historia y han marcado un precedente en el fútbol femenino en Chile y Sudamérica.
Este tipo de situaciones solo dejan en claro una vez más la necesidad de trabajar en pro de medios serios, con perspectiva de género, y que cuenten con profesionales que no crucen la línea de privacidad de las personas para caer en el morbo, uno de los Principios de Ética del mismo Colegio de Periodistas.