
José Luis Velásquez, el “Pancora”, estuvo cerca de tres meses entrenando en Estados Unidos por su cuenta. En su mente siempre estuvo la idea de obtener un título mundial, oportunidad que tuvo y que terminó en nada tras el contagio de COVID-19 de Nonito Donaire, otro participante de la velada. En esta entrevista, cuenta sus peripecias en Estados Unidos, cómo la pandemia ha afectado al entrenamiento y desarrollo del boxeo profesional, y sus deseos a futuro.
Si todo seguía de acuerdo a los planes, el 19 de diciembre iba a ser uno de los días más importantes del último tiempo en el deporte masculino chileno. José Velásquez, el “Pancora”, había sido confirmado para disputar el título mundial interino AMB de la categoría gallo contra el filipino Reymart Gaballo. Sería la pelea coestelar de la cartelera que encabezaría la disputa entre el también filipino Nonito Donaire y el puertorriqueño Emmanuel Rodríguez por el título interino CMB de la misma categoría. Incluso, se había confirmado la transmisión de su combate para Latinoamérica a través de un conocido canal deportivo con presencia en todo el mundo. Gaballo, el rival del Pancora, venía invicto en 23 combates y con el apoyo de Premier Boxing Champions (PBC) y MP Promotions, la promotora del a estas alturas legendario boxeador Manny Pacquiao. Pero esto no asustaba a Velásquez, quien conoce de victorias en condiciones similares, como su triunfo por nocáut contra el brasileño Antonio Paulo Soares y contra el nicaragüense Melvin López, a quien también noqueó.
¿Qué recuerdas sobre la pelea contra Melvin López?
Él era el número uno de Nicaragua de cerca de 30 boxeadores en su categoría, mientras que yo era el número uno también, pero de un boxeador gallo en Chile. Es distinto el nivel. Allá tienen muchos campeones mundiales, tanto actuales como antiguos. Él era el favorito y era el regalón, el que tenía muchos títulos, al que llevaban para el campeonato mundial. Yo lo sabía, yo sabía que iba a pelear con la estrellita, campeón del mundo juvenil, campeón norteamericano, campeón latino. Lo analicé tanto que tomé la pelea. Yo había prometido el año anterior darle un logro grande a mi país. Siempre he sido un boxeador que las cosas que digo, no las dejo en el aire, las cumplo. Demoran, pero las cumplo.
¿Cuáles eran tus expectativas para la pelea con Gaballo?
Llegar a ser campeón mundial y cambiar la historia de Chile, ya que lo iba a hacer en uno de los mejores eventos del boxeo frente a un filipino invicto que va al nocáut. Yo hice sparring con él y no era la gran cosa, tenía muchas herramientas para poder ganarle por nocáut.
¿Habías hecho sparring con él?
Sí. Apenas llevaba siete días acá, estaba al 30% de mis condiciones y fui a hacer sparring, mientras que él venía entrenando todo el tiempo. En los dos primeros rounds, me quería matar. Sinceramente, yo no sabía quién era él, incluso lo miré y pensé que era un amateur. Llegó buena onda, sonriendo harto, bien amigo, y arriba del ring yo entré suave, pensé que era una sesión tranquila, pero al primer golpe se me fueron los sesos para arriba de las nubes. Si no hubiera sido lo fuerte que soy, tal vez me habría noqueado. Pero aguanté los dos primeros rounds; me descolocó todo eso y me golpeó harto, pero ya después del segundo round me hice respetar y salí con todo. A él le dicen el asesino (The Assassin), imagínate. Nunca me habían pegado tan fuerte, pero después lo dejé como una oveja indefensa. Del tercer hasta el cuarto round fueron míos, le metí las manos por donde más pude meter, me salió el chilote que llevo adentro. Y no tenía cardio, me sorprendió cómo bajó el ritmo. Incluso, habíamos pactado a 6 rounds y lo bajaron porque sabían que me había entrado el león.
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El destino, finalmente, dijo que Donaire se contagiaría de COVID a dos semanas de la pelea y que, a falta de un contrincante para la pelea estelar, Gaballo, el rival de Velásquez, disputaría el título contra Rodríguez, dejando al “Pancora” a la deriva. Y mientras Gaballo terminaría ganando por puntos el título mundial interino contra “Manny” Rodríguez, José quien se había desplazado desde Miami a Connecticut, donde se llevó a cabo la velada, no participó de esta.
¿Cómo fue tu estadía allá?
Venirme de Chile a Estados Unidos fue una decisión rápida. Francisco Scott, quien me consiguió la pelea del título internacional contra Melvin López, me decía “vente para acá, si estás acá, te van a dar la opción de un título mundial”. Incluso, durante la pandemia salió la opción de pelear un título mundial y hubo problemas en comprar pasajes porque comenzaron a cerrar los aeropuertos, así que me quedé fuera de esa velada. Iba a pelear supuestamente contra John Riel Casimero, pero debido a que en Chile cerraron los aeropuertos por un tiempo, no pude viajar. Y, bueno, esta decisión, la de venir, la tomé en cinco días, compré los pasajes y me vine sin tener esperanzas de peleas durante el año. Yo vine a cerrar el año, a ponerme a disposición de cualquier pelea. Así se dio la opción de pelear con el filipino y apenas me avisaron, yo dije “ya, vamos, démosle”. Tras eso, estuve en un hotel como veinte días, en un buen hotel. Yo supuestamente iba a venir a un gimnasio con habitación, pero no se dio la oportunidad, así que estuve en un hotel y después me fui a un lugar cerca de la playa de Miami.
Ahí estabas solo…
Sí, estuve como un mes solo y después mandé a buscar a mi hermano Pedro, porque él es el que trabaja conmigo, el que me conoce. Los grandes logros los he obtenido con él, me siento muy cómodo entrenando con él y es de confianza. Pero me fui al principio sin entrenador y compré los pasajes por mi cuenta. Incluso, yo tenía pasajes de vuelta para el 5 de diciembre, pero cambié la fecha, por el tema de la pelea, para el 22, para tres días después. Después, en Connecticut, estuvimos esperando a que saliera el combate; yo estaba dispuesto a pelear con quien sea. Francisco Scott me decía que yo era muy atractivo para pelear con Gaballo, que me iban a transmitir, así que eso me tuvo un poco mal, estresado, a veces con rabia, a veces con ganas de tirar todo a las pailas por muchas cosas, porque igual no sé con qué objetivo vengo a esto. No tener contrincante no me había pasado nunca, y este era un evento grande. Fue todo tan raro porque, supuestamente, Francisco Scott me va a dar algunas lucas por no pelear, para compensar todo mi esfuerzo, pero esas lucas no van a compensar todo el tiempo. Mis vuelos, los viajes de mi hermano, todo lo pagué yo. Mi alimentación, porque Estados Unidos es carísimo, en Miami todo es muy caro, las cosas cuestan el doble, alimentación, proteínas, muchas cosas. Fue una inversión muy grande la que hice, gracias a Dios tenía ahorros y por eso me aventuré. Lo que me pagarían compensa una parte, pero no todo. Eso igual me tiene mal.
¿Cómo afectó el coronavirus a tu viaje, más allá de la suspensión de la pelea? ¿Cómo se veían los cambios en los gimnasios o entrenamientos?
A los entrenamientos, uno entraba con la mascarilla, algunos entrenan con mascarilla también, pero en general está todo tranquilo. Está como normal la cosa. Igual uno siempre se pone alcohol gel y en Miami, los supermercados, negocios, malls, no te toman la temperatura. Si quieres te la tomas, si quieres, usas alcohol gel. Lo importante es andar siempre con la mascarilla. El resto, todo opcional. De hecho, la gente sale a todas horas y hay muchos locales abiertos toda la noche. No como allá en Chiloé, no puedes andar porque andan con la pistola. Me llegaba a dar rabia, todo el rato que te anden apuntando (ríe).
¿Prefieres estar como en Chile o como en Estados Unidos?
Por cuidarse, prefiero Chile. Pero igual hay veces en que pienso que el tema de la pandemia nos tiene a todos, bueno, a mí me tenía loco, por eso me arranqué (ríe). Pero es difícil estar lejos, a veces me preocupaba porque en la isla subían los casos, había muerto gente y ahí entra el miedo de que le pase a un familiar o alguien cercano. Y es difícil concentrarse o enfocarse en una pelea con todo lo que está pasando, uno de repente se desespera, dice “cuándo va a acabar esto”. De todas maneras, el boxeo ahora vuelve sin público, que igual, cómo te lo explico, es como raro. Igual me motivaba con eso, cuando estaba en disputa el título mundial, con que estuvieran todos encerrados, achacados, y yo quería entregarle una alegría a la gente.
¿Qué se viene ahora?
Voy a sacar lo mejor de esto, lo voy a tomar para fortalecerme más y entregar esa alegría que todo Chile quiere, el primer campeón masculino. Y que lo haga como lo he hecho yo, con garra, y seguir siendo, como me dice la gente, el boxeador del pueblo. Porque yo he llegado aquí manejándome solo, nunca una promotora me ha ido fortaleciendo, yo me he ido fortaleciendo solo. Y ya por haber llegado a esta instancia, me siento orgulloso.