
Nuestra Cruzada
El 14 de noviembre de 2018, Camilo Catrillanca manejaba su tractor en Temucuicui. Luego de unos minutos, fue asesinado por la espalda tras un disparo del exfuncionario del GOPE Carlos Alarcón en un operativo policial.
El jueves 7 de enero del 2021, luego de dos años del asesinato de Camilo Catrillanca y con un gobierno que trató de ocultar este crimen obstruyendo la investigación, finalmente se declaró culpable a su homicida junto a otros siete excarabineros por apremios ilegítimos. Ese mismo día, su esposa, Katy Antin, y su hija iban camino a escuchar la lectura de la sentencia del asesino, pero fueron bajadas de su auto y brutalmente detenidas por funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) sin motivo alguno. Posteriormente, su hija Wakolda, de 7 años de edad, luego de ser reducida en el suelo y sostenida por tres hombres de la PDI, fue llevada a Victoria sin su madre, quedando esposada en un vehículo a la espera de su abuelo.
Por años, el gobierno ha sido el principal encargado de reprimir y violentar en el Wallmapu, militarizando la zona, generando allanamientos y brutales ataques a la gente de La Araucanía. La creación del Comando Jungla es un ejemplo de cómo el Estado manda grupos con extrema violencia en contra de los pueblos mapuche, decididos a hostigar y asesinar, quitando la tranquilidad y tierras de las familias que allí residen.
El mal llamado conflicto mapuche data desde hace siglos y ningún gobierno post Dictadura ha tenido intenciones de resolverlo realmente. Vivimos en medio de una criminalización permanente a los pueblos originarios, a tal punto que no son capaces de respetar ni siquiera las convenciones internacionales en materias indígenas ni en temas de niñez.
Lo que ocurrió a Wakolda rebasa todos los límites de violaciones a los Derechos Humanos, de racismo, de adultocentrismo y de maldad. ¿Qué daño puede hacer una niña a la que le asesinaron a su padre?
Basta de estos actos totalmente repudiables, inhumanos y racistas. Basta de no respetar los DD.HH. del pueblo mapuche. ¿Hasta cuándo en Chile se pasarán a llevar sus derechos? ¿Cuándo podrán volver a jugar tranquilos y felices les niñes mapuche?