
La exseleccionada nacional de fútbol femenino es precandidata a constituyente por el distrito 12 y ya comenzó la recolección de firmas para hacer oficial su candidatura. En esta entrevista cuenta sobre sus convicciones, sobre cómo sumar el deporte y la perspectiva de género en la Constitución, y sobre las controversias que han visto sus casas políticas: Independiendes No Neutrales y la Asamblea Feminista Plurinacional.
Iona Rothfeld es futbolista. Durante su carrera, pasó por Santiago Oriente (2004-2006); Universidad Católica en dos períodos: 2007-2012 y 2016; fue seleccionada nacional entre 2007 y 2014; y hoy es parte de Audax Italiano, club en el que también estuvo entre 2014 y 2015.
Por otra parte, estudió derecho en la Universidad de Chile, es cientista política por la St. Thomas University de Miami y es consejera de Comunidad Mujer, donde comparte espacio, entre otras, con la periodista Mónica González, con la consejera de la Sofofa, Rosario Navarro, y con la hermana del presidente, Magdalena Piñera Echeñique.
Iona también es fundadora y directora de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (Anjuff), organización que nació desde la necesidad de dar respuesta a la precarización que vive el fútbol femenino en el país y para avanzar en su profesionalización. La organización fue pieza clave en la construcción del protocolo para la prevención y sanción de conductas de acoso sexual, abuso sexual, discriminación y matrato, publicado por el Ministerio del Deporte durante septiembre.
Con ese bagaje a su espalda, decidió oficializar su precandidatura a redactora de la nueva Constitución por el distrito 12, que comprende las comunas de La Florida, La Pintana, Pirque, Puente Alto y San José de Maipo. “La lucha por los derechos de los deportistas es parte de mi construcción”, dice, experiencia que la lleva a creer firmemente en lo colectivo y que espera transmitir a través de su campaña.
¿Qué entiendes por deporte?
Me es difícil definir un concepto de deporte porque me he construido desde él. Mi mamá es profesora de Educación Física, mi familia es súper deportista y el deporte ha sido parte de mi construcción individual y familiar. También mi carrera no solo en el fútbol, sino que en la lucha por los derechos de los deportistas, ha sido parte de esa construcción. Para mí, al final, lo es todo. El deporte es un reflejo de la sociedad, las problemáticas que nos ha tocado enfrentar como deportistas, como futbolistas, están totalmente relacionadas con las que tenemos que enfrentar como ciudadanos, como sociedad, como país. En ese sentido, para mí el deporte es vida, es un derecho fundamental que no está consagrado como tal, es una herramienta de educación, es una herramienta cultural, de cambio e impacto social y no le sacamos todo el provecho que debiéramos sacarle. Nos permitiría unificar y permear distintos criterios como la educación, la cultura, la salud y la dejamos de lado por creer que no es tan necesaria para el desarrollo íntegro de un ser humano.
¿Tu concepción se contrapone con la visión de gobierno del deporte?
Creo que es mejor hablar de una visión de Estado más que de gobierno, porque han pasado distintos gobiernos y esa construcción no ha cambiado. Sí ha habido algunos gobiernos o algunas autoridades que se han dedicado con mayor ímpetu a su desarrollo y a tratar de levantar la actividad, de eso no hay duda, pero creo que su concepción social y cultural tienen que cambiar. Esto no es solo un problema de Chile, sino que en Sudamérica, en general, el deporte está muy precarizado y ha sido dejado de lado. No se le entiende como parte fundamental, se le saca del grupo de los derechos “más importantes” como la salud o la educación, siendo que es parte de todos y está presente en todo.
¿De qué manera consideras que se debe sumar el deporte en la Constitución?
Distintas constituciones han consagrado el deporte como derecho constitucional y creo que nos tenemos que unir a ese grupo de países. Hay una cantidad importante de derechos sociales que deberían ser considerados, pero no están consagrados en la actual Constitución y, por cierto, el deporte es uno de ellos. Como dije, es un reflejo de las problemáticas que tenemos que enfrentar, pero también le podemos sacar partido y solventar otros derechos que no estamos garantizando, como educación, salud, derecho a una vida digna. En ese sentido, se puede consagrar el deporte como derecho constitucional y se puede trabajar sobre distintos ejes, como la descentralización: que todos los deportistas pudieran tener los accesos que tenemos los deportistas de la Región Metropolitana; las oportunidades de desarrollo; la inclusión, trabajar en terminar con la discriminación y el sexismo dentro del deporte; terminar con romantizar la precarización en que vivimos, o sea no puede ser que nuestros deportistas están mendigando para representar a nuestro país. No puede ser. Tienen que poder realizar deporte, poder desarrollarse en un deporte, poder soñar con ser un deportista de alto rendimiento.
Y en concreto, ¿cómo te gustaría que quedara escrito?
He estado estudiando harto respecto a esto desde que con DAR Chile en 2015 levantamos una campaña para hacer del deporte un derecho constitucional. Vamos a dar la pelea para que se consagre, pero tal vez no suceda de la manera que queramos, entonces depende mucho de cómo se vaya a ir dando la discusión en el órgano Constituyente. Para mí es garantizar oportunidades, el Estado tiene que hacerse cargo, tiene que haber un rol de promoción, de difusión, de acceso y de garantía. Eso tiene que estar en manos del Estado. Si luego queremos contemplar la ayuda de privados, tiene que haber un piso mínimo.
Es necesario entender qué es una Constitución primero, pues en ella no se determina todo, son los principios o normas rectoras, los pilares fundamentales y de eso decanta el resto. Entonces, lo que se tiene que garantizar es lo general, si se tiene que hablar de acceso, de inclusión, de oportunidad, desarrollo, esas son las palabras que tenemos que utilizar. Luego, toda la normativa, todo el sistema se va a transformar según esos principios que vamos a consagrar. No tienen que ir, por ejemplo, cómo las federaciones desarrollan su deporte, pero sí un derecho fundamental del que decanten leyes o decretos que obliguen a las federaciones a actuar acorde a la Constitución.
Mencionaste algunas palabras: garantizar, acceder, oportunidad de desarrollo, ¿cuál de estas, según tú, debería acompañar el derecho al deporte en la redacción?
Garantizar acceso, garantizar condiciones de desarrollo. Desde nuestra construcción como futbolistas, creo que eso nos ha faltado, y eso explica el estado en que está el fútbol femenino y el estado en el que está la mayoría de los deportes excluyendo al fútbol masculino. Y eso no está bien.
El discurso que has levantado viene con perspectiva de género y de representación de disidencias sexuales, ¿cómo crees que se puede sumar, en términos concretos, en la Constitución y en el deporte?
La lucha por la equidad de género también es algo que me construye, algo que venimos levantando hace mucho tiempo desde los deportistas y desde las feministas. Creo que es algo que no puede faltar y, de hecho, es uno de los ejes más importantes si lo llegásemos a priorizar. Vida digna y equidad de género tienen que permear en todos los otros aspectos. La Constitución tiene que ser escrita con perspectiva de género.
Pero en concreto, ¿qué significa eso?
Significa que la Constitución debiese ser escrita en lenguaje inclusivo, por dar un ejemplo. Tiene que entenderse también que la perspectiva de género no solo tiene que ver con hombres y mujeres o la discriminación que sufrimos las mujeres, tiene que ver con la discriminación que sufren las disidencias y los grupos minoritarios. Tiene que ver con esa invisibilización. De ahí viene la importancia del lenguaje inclusivo, algo que dicen que no es importante, pero el lenguaje construye realidades. Si queremos empezar a cambiar esas cosas, especialmente en el derecho, las palabras que usamos determinan la interpretación de las leyes. Por eso mismo, uno de los aterrizajes que tienen que hacerse sobre qué significa escribir una Constitución con perspectiva de género es que tiene que tener lenguaje inclusivo, tiene que pensar en todas las gamas, en todas las disidencias, en quienes no se sienten identificadas o representadas.
Hacia una nueva Constitución
¿Cómo evalúas el proceso constituyente?
Creo que ha sido muy complejo. Es un proceso que nos llena de incertidumbres. Hay muchas personas tratando de que funcione de la mejor manera; pero también hay mucha gente que le está poniendo trabas, que no cree plenamente, y eso impide que se pongan a disposición del momento. Estamos viviendo un momento histórico en el que hay que ponerse a disposición del país, de la sociedad, y de trabajar. Me parece que hay mucha gente que no está siendo coherente con las decisiones que se han tomado como ciudadanía y que se expresó en el plebiscito. No puede ser que sea tan complejo para los independientes inscribir una candidatura ni tener certeza de cuáles van a ser los mecanismos, y que nos pidan requisitos imposibles para nosotros y que son distintos a los de los partidos. En el plebiscito se determinó claramente que se quería que las personas integrantes fueran 100% electas y para eso hay que propiciar el camino para que todos puedan llegar a competir de la misma manera. En ese sentido, se podrían hacer muchísimas declaraciones políticas sobre lo que ocurre, pero creo que la mayor declaración política que podemos hacer es pelear hasta el final para poder llegar a la Constituyente. Esto no es algo exclusivo del proceso constituyente, creo que nuestro sistema político le pone muchas trabas a la ciudadanía, le pone muchas trabas a los independientes y eso provoca que la democracia que tenemos no sea una democracia sana ni representativa.
Hay mucha crítica a cómo se gestó el proceso: una reunión con las mismas personas de siempre en las mismas cuatro paredes de siempre. ¿Qué te pareció a ti ese hecho?
Nunca he militado y a veces trato de apagar la tele para no ver tanto esa política que se torna un show farandulero. Creo que los partidos están pagando el error de no ser coherentes ni de estar escuchando a la ciudadanía. Es evidente lo que se estaba pidiendo, es evidente que se está exigiendo mejor política, más transparencia, más comunicación. El que se hayan tomado acuerdos entre cuatro paredes y no se haya comunicado de buena manera… El momento inestable que estamos viviendo como país es una sumatoria de acciones y eso propicia que la gente no esté contenta con la clase política, no se sienta representada, tenga desconfianza de las autoridades, de los procesos, de los sistemas. Ojalá quieran revertir esa situación y ayuden a que este proceso sea lo más democrático, transparente y conectado con la ciudadanía posible. Esa es una de las cosas que voy a hacer. Yo no vengo acá como una figura voy a resolver los problemas y que voy a llevar mis propias ideas, sino que espero armar equipo, ser puente desde el territorio a este lugar de toma decisiones, a este lugar político al que muchas veces no se puede llegar. Ese es el deber de los políticos y muchas veces pareciera que se les olvida.
¿Por qué postularse por el distrito 12?
Primero: ¿por qué candidatearme? Porque creo que el momento del país nos lo pide. Tenía otros planes, pero creo que tenemos que estar presentes ahora. Ha costado mucho a todas las generaciones, hay tanta historia de lucha en Chile para levantar estos procesos, y esto es una oportunidad que no hay que dejar pasar.
¿Por qué el Distrito 12? Estoy trabajando ahí y paso la mayor parte de mi día en La Florida, en el estadio Bicentenario. Tengo una conexión súper especial con Audax Italiano, club en el que estuve también en 2015. Es un territorio que me es súper cercano y que también es muy amplio y concentra muchos compañeros y compañeras deportistas, pero también mucha injusticia, mucho abandono. Por como me he construido, creo que puedo ser una carta para conectar con la ciudadanía. Espero ser una buena candidata para el territorio, para poder realmente representar y aportar a la gente con este proceso y fomentar el involucramiento en la política, que nos involucremos en los espacios de toma de decisiones, porque esa es la única manera en la que vamos a cambiar las cosas. Si salimos a reclamar todo el año y cuando hay que votar, no vamos o no nos informamos, van a seguir los mismos de siempre.
¿Cómo estás planificando el trabajo en el territorio? ¿Con qué organizaciones sociales te has vinculado?
Es complejo porque, como soy independiente, no tengo toda la maquinaria que tienen los partidos políticos. Tengo un pequeño equipo de trabajo que me está ayudando en las comunicaciones y con la conexión con el territorio. También tenemos una organización dentro de Independientes No Neutrales en la que nos conectamos con distintas organizaciones y movimientos. Con mi equipo particular nos tratamos de conectar con la mayor cantidad de organizaciones territoriales, feministas, deportistas, para poder armar conversatorios, visitar, conocer, sentarnos a conversar y, como te dije antes, levantar y llevar sus preocupaciones hacia los espacios de toma de decisión, pero es súper complejo. Somos pocos, pero también estamos tratando de fomentar que la gente se inscriba, que sea parte de esto, que sea parte del equipo de quienes me ayuden a conectar con el territorio, que es muy amplio.
Como revista, uno de nuestros objetivos fundacionales fue el ser una plataforma de convergencia de organizaciones sociales ligadas al deporte. ¿De qué forma crees que tu precandidatura puede ser un aporte en esos espacios?
En términos de organizaciones deportivas o de deportistas, creo que el rol de la representatividad es lo que más me genera un desafío. Quiero ser representante de estos espacios, pues pocos deportistas tienen la oportunidad de entrar en ellos y nuestra opinión suele quedar subrepresentada: si opinamos de política, nos mandan a la cancha, o incluso a la cocina, a las mujeres. Para mí, lo personal es político, el deporte es político, todo lo es, y espero llegar a saber cuáles son las problemáticas que se viven, a lo que se enfrentan y tratar de tender ese puente. Me he construido, en parte, como dirigente en el fútbol: tengo tres gobiernos, tres distintos ministros y ministras de las distintas carteras con las que trabajamos constantemente con Anjuff, y eso también me ha dado cierto conocimiento de cómo realizar ciertas cosas. Pero también es difícil, porque una no llega y dice “bueno, soy deportista, voy a representar a todos los deportistas”. No, no es así, depende de, entre otras cosas, si tenemos ideas parecidas. No creo que vaya a ser la representante de los deportistas, pero sí creo que tengo experiencia en algo que el resto de quienes llegan a estos espacios no tienen: el ser deportista y vivir en carne propia lo que significa ser deportista en Chile.
¿Cómo va el trabajo en Independientes No Neutrales?
Va súper bien, es un espacio que me encanta. Como dije, nunca había militado porque nunca me he sentido lo suficientemente identificada o atraída por la militancia. No sé si en parte por como he visto la política, por estos tratos entre cuatro paredes, por esas polémicas que parecen baratas, ver que se están protegiendo intereses distintos a los intereses colectivos. En ese sentido, Independientes No Neutrales me dio el espacio de ser independiente sin ser apolítica, pues nunca me he considerado así. Siempre estamos haciendo trabajo político en el sentido de la política no tradicional, en el sentido de levantar problemáticas, demandas y llevarlas a las autoridades, de gestionarlas, de ser vocera, activista.
Y no solamente integro Independientes No Neutrales, sino que también soy parte de la Asamblea Feminista Plurinacional, que también es un espacio de mucha contención, de mucha seguridad, de mucho apoyo, de distintas miradas. Hay una gran diversidad, pero hay un hilo en común que es el feminismo y eso es casi inquebrantable. Es muy rico llegar a un espacio que ha sido construido entre todas, que es de y para todas, y sentirse también acompañada en esto que estamos levantando.
Independientes No Neutrales hace un tiempo tuvo una polémica relacionada al excandidato Heinrich Von Baer, quien fue rector designado durante la dictadura de Pinochet, ¿cómo lo tomas tú?
Hubo una asamblea extraordinaria para tratar este tema. Heinrich se bajó voluntariamente de la candidatura. No quiso estar porque no quería generarle un problema al colectivo. Explicó cuál era su historia de vida y, en ese sentido, me parece súper valiente lo que hizo. La época de la dictadura no fue una época fácil, pero la polémica fue que él había sido designado y por eso se decía que lo había apoyado, que había sido parte de. Pero por su biografía, él fue parte de una designación que no tiene nada que ver con su actuar político, ni por lo que estaba trabajando, ni con lo que estaba haciendo. Es de las pocas personas que estuvo empujando proyectos de educación sin limitar esa educación a quienes estaban a favor o en contra de la dictadura. En ese sentido, es súper valiente y noble de su parte haber bajado la candidatura por no darle en el gusto a quienes ven todo en blanco y negro. Bajó su candidatura y se alejó del colectivo para no entorpecer nada, para no manchar de ninguna manera. A mi parecer es una actitud súper valiente y creo que esas polémicas también nos hacen bajar las revoluciones. Muchas veces caemos en “no puede ser, es que estuvo parado al lado del dictador”, pero sin saber si le estaban apuntando, su situación familiar o laboral en ese minuto. Antes de juzgar, tenemos que conversar con la gente, tenemos que dar ese espacio.
Tu candidatura la apoya también la Asamblea Feminista Plurinacional, ¿cómo te tomas tú, como Iona, las acusaciones que han surgido hacia otra candidata y dirigente de la asamblea por violencia laboral?
A la Asamblea llegué este año y me fui empapando de a poco de todo lo que ha pasado. Hemos tratado esas polémicas, se han conversado en asamblea, se han armado espacios especiales para tratarlas. Siempre va a haber escozor o algún tipo de diferencia. Creo que no hay que transar en la violencia, ya sea laboral o de cualquier tipo, pero también siento que las decisiones que se han tomado en asamblea, las conversaciones que hemos tenido, son parte de quienes somos. Somos humanos, cometemos errores y pedir perdón, reconocer y cambiar actitudes es parte de ese crecimiento y tiene que ser parte de esa sororidad. No podemos tachar y meter en la lista negra a quien se equivoca. Hay errores y errores, pero creo que en esto vamos aprendiendo y construyendo entre todas.
Para terminar, me gustaría que me dieras respuestas rápidas para temas que son y serán relevantes para la Convención Constitucional
Parlamento, ¿bicameral o unicameral?: bicameral
Tipo de estado, ¿central o federado?: social descentralizado.
Aborto: libre y gratis.
Tribunal constitucional: creo que es un órgano completamente necesario.
Reelecciones presidenciales: dos y un periodo de inhabilidad.
Años de período presidencial: cuatro.
Estado presidencialista o parlamentario: no me inclino ni uno ni por otro. Creo que hay otras cosas que supeditan su éxito. Hay ejemplos exitosos y fallidos. El presidencialista me gusta más, pero no tan extremo.
¿Reducir atribuciones presidenciales o mantener?: quiero decir reducir, pero no creo que el problema sea reducir o aumentar. Creo que lo que debe cambiar es el nivel de la autoridad, o el nivel político que tienen las autoridades. O sea, el presidente puede tener atribuciones extraordinarias, sí, pero las tiene que utilizar para el bien común, no para estar rompiendo normas y mostrar la impunidad que posee. En ese sentido, hay que elevar tanto el nivel de conducción ética y moral que tienen los políticos, como el que exigimos como ciudadanía.
Carabineros: refundar completamente. Es una institución necesaria, pero que está completamente podrida. Creo que la ciudadanía la agarra muy fuerte con la policía que va a la calle, pero ese es el último pelo de la cola. Quienes están dando las órdenes, quienes se están cubriendo las espaldas, quienes están ganando dinero, quienes son responsables del paco-gate, de los desfalcos, de los montajes, no son solo una manzana podrida. Hay un problema estructural y eso se tiene que solucionar con urgencia.