
Numerosas organizaciones sociales están evaluando cómo enfrentar el proceso constituyente. Una de ellas es el Movimiento 15 de agosto, organización territorial de hinchas de Santiago Wanderers quienes últimamente se han establecido como una organización político-deportiva relevante a nivel nacional.
La aplastante victoria del Apruebo y Convención Constitucional ha generado esperanza popular con respecto a que finalmente Chile pueda sacudirse de la Constitución heredada del dictador Augusto Pinochet. No obstante, también se han levantado ciertas dudas sobre el proceso en sí, el acuerdo que la generó, los límites impuestos a una supuesta Asamblea Constituyente, y la participación de independientes y organizaciones sociales.
El Movimiento 15 de agosto, organización que busca la recuperación de su Club, Santiago Wanderers, de las manos de la Sociedad Anónima, lleva bastante tiempo planteándose como un colectivo que se aleja de las esferas del deporte establecido (deporte gremial o neoliberal) y busca también influenciar las discusiones políticas, entendiendo que el deporte es también una actividad social y política. En la siguiente entrevista, conoceremos sus opiniones sobre el proceso en sí, las dudas que se generan y las ideas o proyectos que pueden emanar al respecto.
¿Qué esperanzas tienen con respecto a una nueva constitución y al proceso constituyente en sí?
Una Constitución debiera ser el reflejo de las reales visiones e intereses de la sociedad en su conjunto, en especial de la clase trabajadora y no el marco jurídico que protege a los ricos. Aún cuando nuestras expectativas en torno al resultado son bajas, esperamos que cuestiones trascendentales, como la consagración del agua como un bien de dominio público, la nacionalización de recursos naturales, el garantizar el acceso efectivo a derechos sociales y la necesaria reconceptualización de Carabineros y Fuerzas Armadas, puedan plasmarse en el texto definitivo. Además, por supuesto, incluir el acceso al deporte como un derecho fundamental.
¿Les presenta dudas este proceso?
Más que dudas, somos conscientes de que se trata de un proceso concebido de forma ilegítima a través de un pacto celebrado entre los mismos responsables de la instalación, consolidación y profundización del modelo neoliberal en Chile. Fue, finalmente, una vía de escape para un Gobierno tambaleante y un intento de secuestro de la real voluntad popular de quienes nos encontrábamos movilizados y movilizadas. Por lo mismo, no tenemos expectativas altas en torno al resultado, es decir, a lo que finalmente emane como texto Constitucional. Sin embargo, para la organización, el proceso constituyente es mucho más que sólo redactar una norma. Desde un punto de vista materialista, se trata de un cambio en las relaciones sociopolíticas, en los valores hegemónicos y en la correlación de fuerzas de clase existentes en un país. Eso no se agota en una o un par de elecciones, sino que se cocina a fuego lento y desde abajo. Ahí es donde está nuestra apuesta, pues comprendemos que este proceso representa una oportunidad de crecimiento sustantivo en los niveles de conciencia, organización y articulación del movimiento popular. La esperanza de derribar el sistema consagrado en la Constitución del tirano nos ha llevado a formarnos y compartir saberes, encontrarnos, re-conocernos como compañeros y compañeras, dialogar, identificar necesidades comunes, consensuar posturas colectivas, coordinar territorios diversos, disputar espacios que creíamos perdidos y, al mismo tiempo, a intentar vivir de una manera que sea realmente representativa de los valores que pregonamos.
¿Creen que en este proceso se dará la discusión del deporte como derecho?
Creemos que esa es, precisamente, una de las tareas que tenemos las organizaciones de hinchas que sostenemos posiciones contrahegemónicas: ser capaces de posicionar al deporte dentro de la discusión constituyente y, a la vez, levantar y masificar un concepto de deporte que supere los márgenes del deporte neoliberal. Debemos ser quienes impulsemos activamente esa discusión, dejando en claro que venimos a disputarle a la derecha el deporte y, en especial, el fútbol.
¿Cómo buscan incidir en este proceso?
Para la organización, lo relevante es levantar ideas y propuestas que puedan ser compartidas y legitimadas por una cantidad importante de hinchas que nos posicionamos desde la banda izquierda. Sabemos que no queremos este deporte de mercado, pero toca la hora de ponernos de acuerdo en contenidos mínimos acerca de lo que realmente queremos construir. Como colectivo, venimos hace meses trabajando en ello y parte de ese trabajo desemboca en el encuentro nacional de organizaciones de hinchas que estamos en proceso de levantar y que esperamos llevar a cabo a fines de febrero de 2021. También consideramos necesario ser capaces de dialogar con otras organizaciones territoriales y sectoriales, con el fin de articular las distintas reivindicaciones que surgen desde diversos sectores. También estamos entrando en ese terreno.
¿Evalúan levantar o apoyar algún constituyente?
Levantar o apoyar una candidatura es una opción que no hemos descartado, pero hemos consensuado en nuestra interna que, si es que eso finalmente ocurre, será como consecuencia de procesos previos basados en la unificación de posiciones políticas y no en una especie de casting electoral.
¿Cuál consideran ustedes que debería ser el impacto de las distintas organizaciones sociales en el proceso constituyente?
En un escenario ideal, este proceso debiera ser conducido por las organizaciones sociales y desde el territorio. No obstante, sabemos que estamos lejos de ese ideal y que hoy día este partido se está jugando en la cancha y con las reglas del rival. Frente a eso hay dos opciones: jugar el partido que nos impusieron, o bien intentar jugar el partido en nuestros términos, o al menos algunos de ellos. Por supuesto que nos situamos en la segunda opción y el intento de modificar el cuórum de los dos tercios es parte de todo esto.
Otra cosa importante en esta línea es exigir y conseguir la libertad y amnistía de los y las presas políticas de la revuelta popular, pues un equipo que aspira a ser fuerte no deja a nadie atrás. Olvidarse de quienes pusieron en juego su libertad en pos de levantarse contra este sistema injusto es conservar el paradigma del “salvarse solos”, tan propio del neoliberalismo.
¿Qué han podido observar sobre la posible influencia de organizaciones sociales y territoriales en el proceso?
Percibimos que existe un interés por participar del proceso y posicionar las distintas demandas populares en la nueva Constitución y en los territorios. Al menos en Valparaíso, la gente se está reuniendo a conversar en torno a esto en distintos niveles. De hecho, como organización se nos ha convocado a ser parte de algunos de estos diálogos. Por supuesto que existen diferencias o matices tácticos, pues mientras algunos buscan posicionar candidaturas rápidamente, otros apuestan por mantener la organización popular. De todas formas, creemos que existe una masa social que mantiene un nivel de actividad importante y que se expresa en las diversas manifestaciones que han surgido en las provincias de Valparaíso y San Antonio acá en la quinta región, en Santiago y en otros territorios del país, especialmente en relación a exigir la liberación de los y las presas políticas de la revuelta, protestar contra la actuación de Carabineros y las violaciones de los Derechos Humanos y de la niñez, y exigir la salida de Piñera, además de un movimiento feminista que se mantiene permanentemente activo y organizado.