
Por María Torres
En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer es importante contar las historias de nuevas orgánicas feministas que han nacido este año y que se han organizado para combatir la violencia machista dentro de este deporte. Porque en el fútbol también nos encontramos y no nos volvemos a soltar.
La memoria a veces falla, así que acá va un recordatorio: Sergio Morales, representante de futbolistas como Esteban Paredes, y su hijo Pablo, gerente general de Coquimbo Unido, fueron acusados por abusos y violaciones. Leonardo Valencia hoy no solo tiene denuncias por violencia intrafamiliar, sino que hay sentencias en su contra por el mismo delito mientras estaba en otros equipos. La dirigencia de Everton, luego de enterarse sobre la historia de violencia por parte del entrenador Mario Vera hacia las jugadoras que dirigía, solo le cambió el puesto y lo dejó a cargo del fútbol joven.
La violencia de género es estructural y cala en todas las esferas de la vida; por supuesto, el fútbol no es la excepción. Para combatirla, la organización es clave.
Nuevas orgánicas
#LoEscuchéTrabajando fue el hashtag de la campaña de lanzamiento de la Agrupación de Comunicadoras Deportivas, organización que nació este año y que reúne a profesionales de la comunicación con un mismo diagnóstico: sus lugares de trabajo no están exentos de la violencia machista.
“Nos vimos en la necesidad de unirnos como comunicadoras deportivas en una respuesta al cansancio y agotamiento de seguir siendo menoscabadas por un medio que, al igual que cualquiera que quiere dedicarse a él, amamos, queremos y para el que somos igualmente profesionales. Hoy decimos basta”, dice la declaración en que se presentan.
La agrupación denuncia la violencia en el rubro y visibiliza la presencia de mujeres en el mundo del periodismo deportivo. La campaña #LoEscuchéTrabajando pretende mostrar lo que las profesionales de las comunicaciones reciben solo por ser mujeres, pero desde la visión masculina.
También durante 2020 nació la Coordinadora Feminista de Mujeres y Disidencias en el Fútbol. Si bien en 2018 se levantó el Primer Encuentro de Mujeres Hinchas en el Fútbol, recién este año se logró una articulación nacional que posiciona problemáticas relacionadas a las violencias y que son comunes a todos los clubes.
Son 12 los equipos del fútbol chileno que están representados y se agrupan en comisiones de género de hinchas, socias, organizaciones feministas y piños de barras.
Hinchas movilizadas
Para la creación de la Coordinadora, fueron hinchas de Santiago Wanderers -que pertenecen a la Comisión de Género Graciela Molina, orgánica que también nació este año- quienes generaron reuniones bilaterales con todas las organizaciones que la componen hoy.
Sin embargo, la iniciativa de las Wanderinas permitió, además, la creación de otros colectivos feministas. Así fue el caso de la Colectiva Lickau Lari Kala de Cobreloa, que, al momento del contacto, no habían establecido aquel nombre. “Nosotras siempre habíamos estado conversando sobre la posibilidad de creación de un espacio feminista en Cobreloa, y que las chicas (de la Comisión de Género de Santiago Wanderers) nos contactaran fue el impulso que necesitabamos para realizar todo de manera más formal. De esta manera, también nos contaron que sería bueno que nosotras fuéramos parte de esta coordinadora, representando a Cobreloa, y que podríamos comenzar a organizarnos para poder crear en un futuro la comisión de género del club”, dicen desde la organización.
Parecido es el caso de la Comisión Autónoma de Género Edit Véliz, organización de hinchas de Curicó Unido. Previo al nacimiento del grupo, existían piños de mujeres hinchas -Curicanas Presentes y Albirrojas-, sin embargo, como explican desde la Comisión, ninguna de ellas tenía un carácter feminista o hacía un llamado a repensar el club desde la perspectiva de género. “En ese sentido -explican-, el camino se fue dando por el auge del feminismo en los últimos años y que nos ha hecho tomar conciencia en los distintos espacios que frecuentamos. Cuando nos contactaron para participar de la Coordinadora, nos juntamos las dos organizaciones”.
Y así, como hito fundacional de la Comisión Autónoma de Género Edit Véliz indican la primera reunión, en la que contaron con el testimonio de Edit Véliz “que es una leyenda para el club, una de las fundadoras y de la cual podemos aprender mucho, así como de todas y cada una que están dispuestas a participar”.
Diablas Rojas, organización feminista de hinchas de Ñublense, también nació oficialmente este año, aunque ya se reunían desde hacía tiempo para marchar juntas contra la violencia machista los 8 de marzo. Desde la orgánica indican que “es importante organizarse porque hay una lucha, igualar la cancha, que es algo a nivel nacional. En Ñublense la cosa está súper desigual, porque no solo el plantel femenino tiene poca importancia y no tiene los recursos que se merece, sino que tampoco hay representación ni en la corporación de Ñublense ni en en la sociedad anónima. En los más de 100 años de historia de nuestro club nunca ha habido una figura femenina representativa. Hay mucho por lo que pelear”.
Visibilización
Parte no solo importante, sino que necesaria para poder combatir los problemas de género presentes en el fútbol, es la visibilización de estos, pues las problemáticas que involucran al fútbol femenino son generalmente dejadas en segundo plano en pos de temas “más importantes”. Las inequidades van desde la transmisión de partidos de los primeros equipos del fútbol femenino, hasta las condiciones mínimas de un trabajo que no es reconocido ni siquiera por los clubes, los que ven a las ramas femeninas muchas veces como una carga y obligación.
Nuestra Cruzada, organización feminista ligada a la Universidad Católica, comenzó la campaña #QueLasCruzadasJueguenEnSanCarlos. Actualmente, la rama de fútbol femenino de Universidad Católica no juega sus partidos oficiales en la cancha principal de San Carlos de Apoquindo, sino que en el Complejo Deportivo Raimundo Tupper. En los últimos 10 años, el plantel femenino del club solo ha disputado un partido en la cancha principal, misma en la que la rama masculina hace de local cada dos semanas. Cabe mencionar que Universidad Católica es uno de los pocos equipos dueños de su estadio en Chile, por lo que el uso de la cancha principal no depende de la voluntad de terceras partes.
El 31 de octubre era la fecha indicada para el inicio del torneo de primera división del campeonato del fútbol femenino. Sin embargo, no se había hecho un anuncio oficial sobre la transmisión de algún partido. Se necesitó de una campaña comunicacional para lograrlo.
Con el hashtag #CampeonatoFemeninoPorTV se dio inicio a la iniciativa que buscaba que algún canal de televisión solicitara los derechos a la ANFP para poder transmitir los partidos. “Tenemos 8 partidos este fin de semana buscando ser transmitidos y miles de espectadores esperando su anuncio. Sólo les piden dos cámaras y ganas de hacerlo”, escribió la Revista FutFem, medio especializado en la rama femenina de este deporte y que fue parte importante de la convocatoria.
El objetivo se logró. El Canal de Deporte Olímpico (CDO) solicitó los derechos y se comprometió a transmitir un partido por fecha, los clásicos, semifinales y final. Además, los clubes tienen permitido hacer transmisión de sus partidos de local cuando el CDO no vaya a televisar, aunque antes deben contar con la autorización de la ANFP.
Hoy la pregunta que se hace es: ¿qué partidos se transmiten? ¿Por qué se transmiten esos y no otros? ¿el criterio será siempre televisar los que traigan más audiencia y/o privilegiar aquellos equipos que tienen sus bases en la capital?