
Nuestra Cruzada
En los próximos días se cumplirá un año de la revuelta y nos da pena ver que el panorama no ha cambiado en nada. Hace un año, nos mandaron a comprar flores, nos dijeron que íbamos al consultorio temprano para hacer vida social, que nos levantáramos más temprano para aprovechar el horario valle del Metro, en el que no se cobraba el alza del pasaje. Este año, el panorama no cambia, porque el nivel de burlas hacia el pueblo no cesa. Tenemos a Carlos Larraín diciendo que el hombre al que su hijo mató era de “vida irregular”, se le dio un perdonazo a Ponce Lerou mientras piden la devolución del bono a la clase media, lanzaron a un adolescente desde un puente, amenazaron a una fiscal por hacer bien su trabajo, mintieron en la cifra de muertos por COVID-19 y, como si fuera poco, rechazan la acusación constitucional que se le hizo al ex ministro de Salud Jaime Mañalich.
El gobierno sigue haciendo lo que se le antoja. Se burla, maltrata y denigra a las personas porque al final siempre se van a tener entre ellos, asegurando sus intereses por sobre todo lo que pueda pasar. La plata los mueve y eso es lo que necesitamos cambiar. Necesitamos que nuestros políticos se muevan por las personas, por un bienestar colectivo que nos asegure igualdad, pero por sobre todo, dignidad. Estas personas son las que hay que sacar, las que desde sus privilegios tienen la cara para decirnos que no sabían que existía un alto nivel de hacinamiento en Chile, las que se ríen y dicen que todos tienen a lo menos dos propiedades cuando muchos chilenos no tienen siquiera para el pan. La desconexión en la que viven, la incapacidad de sentir empatía por el otro, da pena, duele, y da mucha rabia.
Por esto y por miles de razones más, es importante ir a votar. Está en nuestras manos sacar del poder a esta basura, así no nos dejamos pisotear nunca más, porque así también dejamos de pensar que el que se esfuerza más, gana, o en la típica frase que nos inculcaron toda la vida: ”el que quiere, puede”. Porque no, porque todos queremos, pero no todos podemos y no por falta de esfuerzo, es por desigualdad.
El 25 de octubre tenemos la oportunidad de cambiarlo todo. Pero esto no termina ahí: el Apruebo no es la solución a todo, no nos podemos desconectar ese día. El 11 de abril debemos votar por las y los constituyentes, y en sus manos está nuestro futuro, por lo que no podemos dejar que cualquiera se tome la libertad de sentarse a decidirlo. Está en nuestras manos, no lo soltemos el 25, no celebremos el 25, festejemos cuando la constitución esté escrita por gente como nosotres, gente que no tenga ningún interés por sobre el resto y que quiera y sepa cuáles son las necesidades del pueblo.
Este domingo 18 de octubre se conmemora un año de la revuelta, un año desde que nosotres, como chilenas y chilenos, nos cansamos de tanta injusticia. Sí, tenemos muchas ganas de salir a quemarlo todo, porque nada ha cambiado, no han aprendido nada y ya no hay ganas de enseñar por la buena lo que se viene gritando por 30 años.
El llamado es a que nos cuidemos, los pacos se están preparando para ir a una guerra y la violencia que implementarán será desmedida; esperamos que no sea así. Necesitamos aprobar el 25 y para eso, necesitamos estar todes. Por todos los asesinados, por todos los ojos mutilados, por todes les niñes y adolescentes del Sename, por toda la gente que lleva viviendo en la mierda toda su vida.