90 años de Orompello: el mejor regalo es la re-organización

Nicolás Andrade
Hincha Club Social y Deportivo Orompello

Una nueva década para el mítico Orompello, club deportivo del Cerro Esperanza. Una institución que carga con fama deportiva, política y social en cualquier rincón del gran Valparaíso.

Han pasado 90 años desde que un grupo de jóvenes tuvo un sueño: crear un espacio deportivo para la comunidad. Nunca pensaron en que se convertiría en uno de los clubes más importante a nivel nacional.

Son tantas las historias que se vienen a la mente que habría que escribir un libro. Podemos recordar algunos triunfos como, por ejemplo, el del encuentro disputado con Fundición Chagres de Llay Llay: partido tenso, las patadas fueron recurrentes, ambos equipos disminuidos por las tarjetas rojas, pero aún así pudimos lograr el objetivo, ser campeones nacionales. Un orgullo para esta institución. Tampoco podemos olvidar al equipo juvenil del 75, quienes en gran parte pasaron al primer equipo, obteniendo el campeonato regional en el 79.

El club Orompello se ha hecho fuerte hoy en dia por los procesos formativos de los cadetes: todos los recursos son dirigidos hacia el trabajo infantil. Los procesos educativos son fundamentados en la solidaridad, el trabajo en equipo y, por supuesto, la caída del patriarcado. No es casual que después de 89 años, contemos con la primera directiva paritaria. Una institución que ha entendido su trabajo social en el territorio, haciéndose cargo de las problemáticas barriales para enfrentarlas en colectivo. Un espacio de articulación social que promueve la organización como parte del empoderamiento barrial, algo clave para el lograr el bien común y mejorar la calidad de vida.

Hoy, a lo largo de Chile se han levantado miles de iniciativas de ollas comunes que resisten a una economía destrozada, la que depende del consumo irracional motivado por el miedo y el fracaso. En estas iniciativas, una vez más los clubes deportivos se han puesto a disposición de la comunidad, facilitando sus instalaciones a las instituciones del Estado, como también abriendo sus cocinas y convirtiéndose en verdaderos comedores populares.

No quiero olvidar a los jugadores que lucharon contra la dictadura, jóvenes idealistas que dejaron sus vidas para sumarse a uno de los grupos antifascistas más reconocido del mundo, como lo es el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Jugadores Orompellinos que dieron su vida por la libertad de un pueblo al que, en ese momento, lo estaban masacrando. Por eso, hoy el Club Social y Deportivo Orompello sigue en esa senda, la lucha por cambiar un sistema económico que nos mata. Lo que fueron ayer las armas, hoy es la pelota y la organización. Larga vida al club y su historia combativa.

¡Liberad a Mauricio Hernandéz Normbuena!

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