
Diego Alonso
Autor del libro «Primer nocaut»
¿Para qué darle importancia al fútbol, si al final no es más que un negocio gigante? Basta iruna o dos veces al estadio para notar el rol preponderante que tiene lo económico, dirían los economistas (la plata, diríamos nosotros) en todo lo que pasa alrededor del balón. Plata para entrar como hincha, plata para que los tipos jueguen, plata para la camiseta y para que el partido vaya por TV. Plata que meten los auspiciadores para convertir a un niño sin zapatos que emboca piedras en arcos invisibles, en una superestrella millonaria. Y por cada uno de estos niños famosos, hay cien, mil, diez mil niños descalzos que se quedaron pateando piedras en el camino. Ninguno de ellos tenía un peso y todos fueron utilizados para saciar la sed de plata de alguien más.
Saliendo de ese mismo estadio, se le pregunta a un hincha del equipo derrotado que por qué no se cambia de equipo, si hay varios mucho mejores. Y musita, todavía con la cara enterrada entre las manos, que ni por toda la plata del mundo.
Este cuento es parte del libro «Fútbol y literatura en resistencia: cuentos, poemas y dibujos del otro fútbol», publicado por Editorial Mestiza.
Este relato es parte del Ciclo de Lecturas Deportivas. Puedes enviarnos tu escrito a contacto@revistaobdulio.org
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