
Nuestra Cruzada
Por lo menos una vez a la semana, los noticieros y programas deportivos hablan de Esteban Efraín Paredes Quintanilla. Que sus goles, que el récord, que su apoyo al movimiento social, etcétera, pero la semana recién pasada, cuando salió en defensa de su representante Sergio Morales -acusado junto a su hijo Pablo de abusar y violar a las hermanas Ignacia y Nicole-, los medios callaron.
Esteban Paredes es ese hombre que representa todo lo que odiamos y debemos repudiar como sociedad. Un pseudo representante del pueblo, medio progre y con discurso revolucionario a raíz del estallido social, que decía a principios de noviembre 2019 que «estamos luchando por cosas mayores, tenemos que arreglarnos como país primero», pero que no es más que un macho encubridor de violaciones, que invalida los relatos de víctimas de abuso y, peor aún, les da una connotación de aprovechamiento económico. ¿Podemos ser un mejor país si no creemos en los relatos de les sobrevivientes de abuso sexual y, peor aún, si no dudamos y blindamos a los victimarios por el solo hecho de ser de nuestros círculos cercanos?
Paredes justifica su declaración nefasta, por decir lo menos, en dos partes: primero, señalando atributos positivos de Sergio Morales que él conoce por que son amigos, como si eso bastara para no ser un violador. ¿No le pareció extraño a Paredes que su amigo le contara que tuvo una relación con su hijastra? ¿Nunca se cuestionó esto, lo que sería bastante perverso, o no lo sabía hasta ahora y aún así lo sigue avalando? En segundo lugar, Paredes muestra como prueba luego de las críticas que surgieron por su declaración, el sobreseimiento de una causa por parte de la justicia chilena, como si eso fuera suficiente prueba de la inocencia de Morales. Esteban Efraín, sobreseimiento no es lo mismo que inocencia, y si eso no te basta, te invitamos a preguntarte: ¿se puede confiar en una justicia que es a la medida de los poderosos adinerados y que sólo los deja con clases de ética o firma mensual por los delitos que puedan cometer? ¿Sabes que, en promedio, una persona recién a los 26 años puede denunciar que fue víctima de abuso en su infancia y/o adolescencia? ¿Sabes, Esteban Efraín, que les sobrevivientes de abuso no denuncian inmediatamente porque la mayoría de los abusos y violaciones se dan dentro del contexto familiar, por lo cual hay miedo, culpa y vergüenza?
Con esta declaración, lo único que logra Paredes es que las personas que puedan estar sufriendo o hayan sufrido de abuso sexual callen porque teman que no les crean, callen para no ser enjuiciades, callen por vergüenza, callen por miedo… Además, es un pésimo ejemplo para niñes que lo idolatran y tienen en él un referente, niñes que en un futuro no le creerán a una víctima de abuso que denuncia a su agresor y que, peor aún, justificarán la denuncia desde los posibles aprovechamientos económicos y/o sociales que pudiesen tener las víctimas.
Culpable de un abuso no es solo quien comete el delito, sino que también lo son quienes no creen en las víctimas, que callan ante una denuncia, que cobijan y encubren a victimarios, quienes que aconsejan no hacer nada; todes esos actores pasivos que rodean a les víctimas durante y después del delito y que no hacen nada al respecto. Ojalá que todos esos niños y niñas que tienen como ídolo a Esteban Paredes no normalicen el defender a un violador solo porque es su amigo y/o familiar. Hoy fuertemente decimos que Esteban Paredes, el goleador histórico del fútbol chileno, es un encubridor de violadores. Como dirían Las Tesis, ¡ESTEBAN, EL VIOLADOR (TAMBIÉN) ERES TÚ!