
Pablo Yáñez Mena
Socio Asociación Hinchas Azules
Quienes amamos a la U acostumbramos a generar constantes paralelos entre las fluctuaciones del equipo y del Club, y nuestras propias vidas. La época oscura de la quiebra es recordada como un periodo difícil en la vida de muchos y muchas, acompañándose de recuerdos complicados en lo laboral, los estudios o lo amoroso. Otros momentos, como la increíble campaña del 2011, fue seguida de recuerdos bellos en cuanto a lo que sucedía también en esas otras esferas de la vida.
La verdad es que la U es el barómetro que mide las fluctuaciones de nuestras vidas, cada gol a favor o en contra, como cada retroceso y avance en lo social que nos recuerda lo positivo y lo negativo de nuestras existencias.
La semana recién transcurrida se oficializó el levantamiento definitivo de la quiebra de la CORFUCH. Esto quiere decir que la Corporación de Fútbol de la Universidad de Chile ya está en facultad de llamar a elecciones democráticas, abrir el padrón para nuevos socios y socias, y ejercer las funciones que esta base social considere relevante. Se trata de la noticia más importante en cuanto a la lucha por recuperar el control comunitario del Club. Demuestra que existen muchísimas personas que han estado atentas al proceso legal, que nos importa nuestro rol comunitario en la U, que no nos ganaron con las trampas jurídicas, presiones económicas, lavados de imagen y el silencio de los medios sobre todo ello.
Quienes hemos sufrido viendo a nuestra amada U convertida en un producto mercantil de la misma calaña que Homecenter, Megavisión o Lan Chile no podemos estar más felices de esta determinación legal; hemos llorado, hemos cantado el himno a todo corazón, nos hemos abrazado. Posterior a ello, hemos ido a nuestros trabajos o estudios con otra esperanza anidada en el corazón. Hemos podido mirar a nuestros hijos e hijas a los ojos, sintiendo que existe por fin una pequeña posibilidad de construir espacios más humanos, de transformar nuestra mayor pasión en una organización orientada hacia el apoyo mutuo entre socios y socias para hacer de estos valores el piso desde el cual futuros éxitos deportivos sean construidos.
Lo sabemos ahora y cuando lo recordemos, vendrán a la cabeza los momentos en que nos miramos a la cara en la cuarta región mientras nos abrazábamos con ese increíble gol de Leo Fernández en el minuto 88. Somos parte de una comunidad que está luchando por construir muchísimos más goles en el último suspiro, por viajar achoclonados a todas las regiones donde la U juegue y allí, donde sea, seguir apoyando las ideas de los grupos organizados que buscan posicionar a la U como mucho más que un equipo de fútbol.
El levantamiento de la quiebra de la CORFUCH es solo el comienzo. Lo mejor está por venir.