Camila Arias L.
Filial Maipú del Club Social y Deportivo Colo-Colo
Escuela La Farfana
Corría el año 1996 y era mi primera ida al estadio. Mi familia me permitió conocer y empezar a vibrar por esta tremenda pasión en un lugar que con el pasar del tiempo se transformó en mi segunda casa, mi lugar en el mundo entero, el mejor espacio en el que yo podía estar; me di cuenta de que el verdadero amor es intangible. Éramos completamente felices y no lo sabíamos, de verdad no lo sabíamos.
Nos pegó en el alma la quiebra. En 2005 se nos desgarró el corazón con la llegada de B&N al club. Por la mierda que dolió y sigue doliendo. Vino con un sabor a conformismo, ese conformismo que muchos soñamos que termine y que luchemos de una vez por todas, pero que en el fondo sabemos que no pasará por muchos motivos: son más poderosos y tienen el dinero. Ilusos nosotros al creer que con una o dos marchas y cantar contra ellos en el estadio esto se terminará, ¡ja!
B&N lleva 14 años encima de nosotros y a ustedes les importa más que el trapo se vea bonito para la tele; llevan 14 años riéndose de nosotrxs con el precio de las entradas y a ustedes les preocupa más si una jugadora de la rama femenina del club tapó la insignia con el pelo en el lanzamiento de una camiseta nueva. Llevan 14 años en sus escritorios cambiando indumentaria dos veces al año y ustedes se preocupan de comprarlas a precios exuberantes, llenando sus bolsillos. Llevan 14 años adueñándose de nuestro club y a ustedes sencillamente no les importa nada de nada.
A veces me dedico a soñar y crear un mundo colocolino paralelo, en el que de verdad se lucha sin dar respiro por la recuperación total del club, donde nos preocupamos como socios al día que somos (porque yo supongo que son socios del club, ya que es aquí donde se refleja el verdadero amor), de crear actividades anti B$N semana tras semana. Pero volvamos al inicio de este párrafo: es solo un sueño.
Tanto hablaron de la falta de respeto a la insignia esta semana, tanto se llenaron la boca como si fueran ellos los modelos de hinchas. Pero hablemos de falta de respeto sin tapujos: falta de respeto es lo que hemos hecho con el legado de David todos estos años. Falta de respeto es pelear con un hincha del mismo equipo por un espacio de reja. Falta de respeto es deshonrar a la mujer colocolina con cánticos obscenos y denigrantes. Falta de respeto es ir al estadio a hacer vida social y no alentar los 90 minutos. Falta de respeto es no saberse la historia del club más lindo del mundo. Falta de respeto es no luchar contra lo que nos parece injusto. Falta de respeto es drogarse frente a nuestros niños en la galería. Falta de respeto es minimizar a un compañero por los años que lleva yendo al estadio. Falta de respeto es no hacer nada, pero nada, por recuperar el club; y una tremenda falta y deuda que hay con el club es no ser socios al día. Si tan solo supieran el valor e importancia de ser socios y socias, ya estaríamos a años luz en la recuperación total.
Sigo con la convicción -y desde la trinchera anti sociedades anónimas de los clubes chilenos y anti fútbol moderno que ejerzo sábado tras sábado en la escuela gratuita para niños “La Farfana” de la Filial Maipú- de que más temprano que tarde recuperaremos el club que nos entregó Arellano, TENAZ SIN DESCANSAR. De que volveremos a ser libres; mientras tenga compañeros que piensen y tengan los mismos valores que yo, que luchen por lo mismo que yo. ¡Por ahora, A PREOCUPARSE DE LO REAL!
Revista Obdulio 