
Isaac Maldonado
Colaborador Asamblea Hinchas Azules
En algún hotel lujoso de un lugar importante de la Región Metropolitana se propone una votación en donde postulan 9 personas para 9 cargos. En el hotel están todas y todos los participantes vestidos para la ocasión. Sus caras no son las mejores y la razón parece obvia: el equipo sigue en zona de descenso y no puede ganar; el técnico, asumido recientemente, menciona que esto “nunca le había pasado” y los directivos que ayer salían a dar la cara, hoy desaparecen de los medios de comunicación. Inclusive, hasta del mismo canal de YouTube del equipo, administrado por ellos mismos.
La votación para la renovación del directorio de Azul Azul no es igualitaria y su proporción es representativa de la cantidad de acciones que se posean. En otras palabras, mientras una persona representa 62 acciones, la persona que está a su lado representa 1.000.000. Lo anterior genera una relación directa entre la mayor posesión de dinero bursátil (acciones) y la injerencia en el paupérrimo proyecto deportivo e institucional, que actualmente nos tiene como la valla más batida del torneo nacional.
Como si fuera poco, dentro de esta votación nada representativa del espíritu y los valores en los que se formó el Club Universidad de Chile, nos intentan vender la imagen de que la concesionaria se está acercando hacia el respeto por la identidad azul, involucrando a Rodrigo Goldberg y al querido Superman Vargas dentro de los nuevos directores. Aquí hay que aclarar algo: no es la primera vez que Azul Azul intenta limpiar su decaída y pálida imagen integrando jugadores como directores, pasó con Quintano (2014) y el Pato Mardones (2016)… ¿Recuerdan que les pasó? Ambos terminaron fuera de la concesionaria por problemas con Carlos Heller, ya que los habían puesto para obedecer órdenes y no para aportar al proyecto deportivo. Azul Azul es el fundo Heller y nadie más que el patrón toma decisiones.
El nuevo directorio ya está elegido hace mucho rato, emanado directamente desde la cabeza de Carlos Heller. Y disculpen que sea tan reiterativo con el tema, pero es que me parece absurdo que estemos tan pendientes de una votación de directorio en donde, de los nueve espacios disponibles, los nueve candidatos fueron elegidos por el binomio Heller-Shapira. Otros dos directores son elegidos por el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi. ¿Qué pensará el rector sobre cómo se trapea el piso con el nombre de la casa de estudios? ¿Cuál es la visión institucional que aporta la Universidad? ¿Cuál es el aporte de Carolina Coppo y Andrés Weintraub?
Este cambio de directorio huele bastante mal. Y no tiene nada que ver con incluir a ex jugadores identificados con la camiseta azul, como el Polaco Goldberg y el Superman Vargas. Tiene que ver con que los intérpretes cambian, pero no cambia el fondo: Azul Azul sigue improvisando su manejo del equipo de nuestros amores, ¡Y LES QUEDAN 33 AÑOS MÁS DE CONCESIÓN, HASTA 2052!
Las y los hinchas de la U necesitamos participar en las decisiones del club; al día de hoy está totalmente probado que la administración privada y centrada en un solo mecenas no genera ningún rédito hacia la institución, ni económico, ni deportivo, ni menos de fortalecimiento institucional. Las y los hinchas de la U requerimos que nuestra voz se haga escuchar, somos los que viven diariamente lo lindo que es ser de la U, somos quienes no nos escondemos, somos quienes vamos para adelante y quienes buscamos la recuperación de un club. No para excluir de las decisiones a quienes no piensen igual a nosotros, sino para escucharlos y respetarnos como ellos no nos escucharon y no nos respetaron. Para hacer una elección verdadera, que represente al mundo azul, no una gran estafa como esta.