Ni remuneración, ni pensión: ¿las dueñas de nada?

Por Nuestra Cruzada

La lucha constante por recuperar y hacer valer nuestros derechos frente al sistema capitalista y patriarcal en el que nos encontramos inmersas nos llevó nuevamente a participar en una jornada de manifestaciones en contra de las AFP. Mientras caminábamos por la Alameda rodeadas de adultos mayores y familias completas indignadas, reflexionamos sobre cómo las mujeres somos golpeadas a diario por la desigualdad de un sistema de pensiones que nos sentencia y castiga a aspirar a una vejez indigna. Una situación que también afecta a los hombres, pero que cuando comparamos, nosotras no llegamos ni al 50% de sus pensiones.

La brecha salarial, las lagunas previsionales o que las mujeres vivamos más que los hombres y jubilemos antes, son algunas de las razones que a la postre no son más que excusas que se utilizan para justificar esta grave situación. Como mujeres, se nos designa un rol impuesto por la sociedad en donde se normaliza que debemos realizar el trabajo doméstico, reproductivo y de cuidado. Pero este trabajo no es considerado como tal, ni menos es remunerado, porque no significa una ganancia concreta para los empresarios ni para la sociedad patriarcal en que vivimos.

Es por esto que desde los movimientos feministas luchamos de forma constante por tener un trabajo digno, estable y seguro. Además, por contar con un sistema de seguridad social, de salud y de cuidados, donde se releve la importancia de que la crianza y el cuidado es un trabajo que merece una remuneración y jubilación acorde.

¿Cuántas dueñas de casa en Chile, que día a día cumplen con un rol fundamental en la sociedad, ven en su futuro una nebulosa económica a pesar de que hacen de su vida diaria el criar y cuidar? Claro, esta crítica también nos hace enfatizar en que debemos terminar con la normalización de los roles domésticos como exclusivos de las mujeres. Son muchas las compañeras que realizan dobles jornadas laborales diariamente si contamos que después de llegar de sus lugares de trabajo, deben continuar con labores en el hogar.

En Chile, debemos decirle “basta” a los grandes empresarios que se han metido en cada rincón de nuestras vidas, jugando con nuestra salud, educación, oportunidades, sueños e incluso pasiones. ¿Por qué decimos esto? Porque nos aburrimos de que conviertan todo en negocios, de la privatización y de permitir que se sigan reproduciendo las graves desigualdades que vemos en nuestra sociedad. Como mujeres, como hinchas, como víctimas de este sistema lo decimos en la calle y en todas partes: BASTA DE PRIVATIZAR NUESTROS DERECHOS.

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