
La publicación del Club Deportes Antofagasta femenino (CDA femenino) en sus redes sociales fue un golpe en la mesa. Las jugadoras necesitaban generar ruido, debían llamar la atención si querían resultados. Así, decidieron publicar en sus redes sociales un comunicado que hablaba sobre sus malas condiciones deportivas, como no contar con un seguro médico a pesar de ser jugadoras profesionales.
“Eso es algo a nivel país, no algo que sólo nos pase a nosotras”, comentó Karla Farías, ingeniera comercial, quien también es jugadora y capitana del CDA femenino. En esta entrevista abordamos las demandas del equipo, cómo es ser mujer futbolista y las diferencias abismales que tienen con los hombres dentro de un club que no asume la responsabilidad de hacerse cargo de su rama femenina.
¿Cómo son las condiciones laborales de una mujer futbolista?
Nosotras no tenemos contrato de trabajo, por lo que no es una condición laboral. Es mejor decir que son condiciones deportivas. De acuerdo a eso, nuestras condiciones deportivas hoy son buenas en el sentido del lugar de entrenamiento y de los entrenadores que tenemos. Sin embargo, no tenemos seguro médico lo que es primordial para una deportista.
Por la publicación que subimos a redes sociales, hemos tenido algunos buenos resultados y, aunque aún no se logran concretar tangiblemente, vamos por buen camino y creo que vamos a conseguir un seguro de salud que no salga de nuestro bolsillo.
¿Qué es lo que más necesitan?
Siempre pedimos apoyo de las personas e instituciones, porque los viajes generan gastos adicionales a los que la ANFP cubre con el monto destinado por cada partido. Estamos en un campeonato que va a tener 13 fechas, de las que seis serán fuera de la región. Necesitamos apoyo y auspicios para indumentaria, hidratación, traslados post aeropuertos por ejemplo, pero hoy nos conformamos si concretamos el tema del seguro médico. No es justo que los clubes no se hagan responsables de la rama femenina, siendo que nosotras nos comportamos como profesionales. Se nos exige para estar dentro del plantel, porque si tú no entrenas, si no te cuidas, no te esfuerzas, perfectamente puedes perder tu lugar en el equipo. Acá una está porque tienes condiciones, porque te ganas el puesto para poder representar a una institución que está creciendo rápido a nivel deportivo.
Esta condición deportiva, ¿se repite en otros clubes?
Sí, en Chile el fútbol femenino no es pagado. Tengo conocimiento de algunas jugadoras extranjeras que reciben un pago, aunque en realidad no creo que sea mucho, pero es para que se sostengan en el país. Las cuatro chicas del Santiago Morning que tienen contrato profesional son las primeras jugadoras que lo lograron en Chile.

¿Cómo se vive en el día a día ser una futbolista profesional en comparación a los hombres?
Yo creo que la mayor desventaja es que tienes que estudiar, trabajar y jugar. Esto es algo a nivel país: de los 25 o 30 clubes, deben ser dos o tres donde las jugadoras tienen buenas condiciones. Hasta donde entiendo, la gran mayoría de las chicas son universitarias, muchas también están en la enseñanza media o, como es mi caso, salí de mi carrera y tengo que trabajar y entrenar. Creo que esa es la principal desventaja: dedicarse a muchas cosas para poder hacer lo que te gusta, que es el fútbol.
Algo que no pasa en la rama masculina…
Claro, porque una estudia para salir adelante. Yo tengo 29 años y a mi me hubiese encantado ser futbolista. Hoy, esta revolución del fútbol femenino llega tarde para mi, pero estoy tratando de trabajar e influenciar para las más jóvenes, porque esto es para ellas. Hubo un momento en que entrenábamos en cancha de tierra a las ocho de la mañana porque no había más lugar, o entrenábamos en la cancha de pasto sintético entre 10 y 12 de la noche porque no había donde entrenar. Hoy hay avances, tenemos canchas súper buenas, tenemos camarines. Tenemos condiciones para poder ser mejores.
¿Cuáles son las condiciones ideales para una jugadora profesional?
Lamentablemente, hoy una tiene que ser “mediocre” y conformarse con lo básico. Más adelante de verdad creo que van cambiar las condiciones para ser como el área masculina. No puede existir tanta diferencia siendo que uno representa a la misma institución. Lo básico es tener seguro médico. Segundo, tener una cancha donde entrenar.
Lamentablemente una mujer juega fútbol sólo porque le gusta. En cambio los jugadores lo hacen porque les gusta y les pagan. Yo creo que es doble esfuerzo -sin quitarles mérito, obviamente-.
Más adelante vendría tener un contrato de trabajo y ser 100% profesional porque cuando estudias o trabajas, llegas cansada a entrenar. Las lesiones son más propensas cuando llegas con el cuerpo fatigado por el día. Te doy un ejemplo, estaba trabajando en una mina y llegaba con bototos a entrenar a las 6 de la tarde. El año pasado dos o tres chicas del club tuvieron que sacar de su bolsillo gran cantidad de plata para poder operarse por lesiones y el único apoyo que tuvieron fue de nosotras, del plantel, para hacer una actividad.
¿Qué recepción han tenido sus demandas?
La comunidad y los medios de comunicación nos han llamado harto para preguntar cómo es la situación. Técnicamente, nosotras somos Club de Antofagasta, sin embargo el club tiene un comodato con la fundación Sueño Olímpico, y son ellos quienes nos administran, es decir, ellos son nuestros dirigentes. Este convenio se realizó con Jorge Sánchez, dueño del club. Es por esto que el club “no tiene la obligación” de hacerse cargo.. Yo creo que vamos a llegar a buen puerto y que algunas empresas externas nos podrían ayudar.
Y a pesar de esto, a ustedes se les exige mucha responsabilidad.
En realidad hoy día el club o la fundación que nos lleva nos exige como profesionales, y es lo que corresponde. Hemos cumplido con el entrenamiento, con el cuidado físico. En ese sentido, somos bastante responsables. Hemos tratado de ir mejorando a través del tiempo y en realidad hemos tenido buenos resultados. Eso es gracias a la dedicación, al esfuerzo y al compromiso con la camiseta. Esto se ve reflejado en las más chiquititas -porque en nuestro equipo también hay niñas de 12, 13, 14 años que se pasan del colegio a entrenar-, que siempre llegan a buena hora. Hoy las más chicas quieren llegar a lo que otras mujeres han llegado a nivel nacional: estar en la selección e ir a jugar al extranjero.

¿Han tenido apoyo de otras jugadoras chilenas como para pensar en un movimiento más grande? ¿Cómo se proyecta esto?
Existe en Chile la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF), quienes nos han estado apoyando desde el día uno. Nos estuvimos asesorando y respaldando en ellas y ha sido extraordinario su trabajo. Hemos sentido su apoyo, nos han entregado asesoría legal, ha sido super importante su apoyo. Han salido chicas de otros clubes que están en la misma condición, porque esto es a nivel nacional, no es algo que nos pase particularmente a nosotras. Además, queremos que esto repercuta en los clubes, que se vayan dando cuenta de que es necesario y primordial tener por lo menos un seguro de salud para poder jugar tranquilas.
¿Han tenido algún contacto con el club profesional masculino luego de este caso?
Directamente no. Como te comentaba, la relación directa que hay ahí es entre los dirigentes de la fundación y el club. Desconozco si hay un comunicado, pero con nosotras, nada. Además, los jugadores estaban en Brasil jugando por la Copa Sudamericana, no sé si se enteraron.