Historia de una foto: Dia 15 vote

Un estadio repleto. Frente a él, el 8 del Corinthians dando la espalda a la cámara. En su camiseta se ve el número 8 y encima, estampada, la leyenda Dia 15 vote. El jugador es Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira; el año, 1982.

1982, plena dictadura brasileña, la que había comenzado en 1964. Como en todas las dictaduras latinoamericanas, no se permitía la libre asociación y el gobierno de facto había instaurado el bipartidismo como mecanismo de control de las elecciones. Así, hasta 1979, los partidos existentes eran el oficialista Alianza Renovadora Nacional (ARENA) y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) de oposición.

En diciembre de 1979, entró en vigencia la nueva ley de partidos políticos que modificaba este bipartidismo, permitiendo la inscripción de más organizaciones. Estas elecciones eran secundarias, no obstante, pues el presidente del país era elegido indirectamente por un colegio electoral -de ahí viene el nombre del movimiento Direitas ja, que exigía elección directa del presidente, una persona, un voto-. Sin embargo, elegir autoridades locales de oposición era una posibilidad de demostrar el descontento político ante la dictadura.

Para poder explicar lo ocurrido en la foto es necesario regresar algunos años. A mediados de la década de los setenta, las clases populares brasileñas no estaban tan involucradas en la política, y esto se extendía al fútbol, donde muchas veces se mantenía una especie de relación de esclavitud entre los jugadores y sus clubes. A casi nadie parecía importarle mucho lo que sucedía en el país, con excepción de la clase obrera fuertemente sindicalizada en la zona de Sao Paulo denominada ABCD Paulista. Es en este sector fuertemente industrializado donde comienzan las huelgas obreras.

Los movimientos populares comienzan a salir de sus espacios territoriales y empiezan a permear en otros lugares. De hecho, es aquí, respaldado por el movimiento sindicalista obrero, donde Luiz Inácio Lula da Silva comienza a despegar como figura política a nivel nacional. Pero estos movimientos no solo rompen sus espacios territoriales, sino que también sus contextos sociales al incorporar demandas que escapaban de las simples relaciones contractuales y posicionándose como contrarios a las oligarquías económicas, políticas y militares que manejaban al país en ese momento.

Durante esos años, el Corinthians de Sócrates y el defensa central Amaral comenzaron una disputa interna por mejores sueldos, más derechos y mayor libertad para opinar sobre el futuro del club. Estas primeras luchas son las que dieron pie al origen del movimiento Democracia Corinthiana, que comenzó siendo un experimento en el que todos los participantes del club tenían derecho a voz y voto sobre los asuntos internos y que terminó siendo un ejemplo -gracias al bicampeonato Paulista de 1982 y 1983- de lo que puede lograr la democracia.

Es en este punto donde los caminos se cruzan. La primera elección de gobernador con la nueva ley electoral sería el 15 de noviembre de 1982. Se le presentaba con esto la oportunidad al PMDB de romper con la hegemonía histórica del partido oficialista. Para conseguirlo, la lectura que hacían los movimientos políticos de izquierda tenía que ver con que era necesario despertar a las clases populares de su aletargamiento político, pues una mayor cantidad de votantes le daba más posibilidades de victoria electoral a las fuerzas opositoras.

Por su parte, Corinthians, el club popular, garantizaba un estadio lleno y transmisión televisiva para todo el estado. La leyenda “Dia 15 vote” en las camisetas no era más que un mecanismo para incitar a las clases populares a buscar su definición política, a retomar las riendas de su vida, a poder decidir. “Ganar o perder, pero con democracia”, decía un lienzo posterior. La democracia no era una garantía de que todo vaya a salir bien, sino que hacía sentir que todos eran parte de las victorias y derrotas. Así lo había demostrado la Democracia Corinthiana y eso estaban buscando proyectar.

Los resultados de las elecciones del 15 de noviembre fueron categóricos. Siete de cada diez votos fueron para las fuerzas opositoras, consiguiendo gobernadores y senadores. Habían pasado 16 años desde el derrocamiento del presidente Joao Goulart por parte de la dictadura cívico-militar, pero los movimientos populares transversales habían conseguido la victoria. El estado de Sao Paulo era ahora parte de la oposición.

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