Unión La Calera vive un año histórico, según sus hinchas y controladores. Histórico por jugar por primera vez una copa internacional. Histórico, también, por el reestreno del estadio municipal Nicolás Chahuán en el que ejercen la localía. Es irónico, entonces, que el mismo año en el que se hace historia, se la desprecie de la manera en que lo está haciendo la sociedad anónima controladora con el cambio de la insignia.
La insignia de La Calera no es antojadiza: representa la historia de formación de este equipo. Los colores y formas simbolizan parte de los cinco equipos de barrio que confluyeron en su formación (de ahí la Unión del nombre, por lo demás). Representa los sueños de aquellos caleranos que buscaban llegar al fútbol profesional. Una comunidad cuyas formas y costumbres serían escritas y dibujadas, en parte, con el fútbol, deporte que en la década de 1950, cuando ocurre la fusión para dar paso a Unión La Calera, vivía sus últimos procesos de popularización.
El cambio de insignia dictaminado unilateralmente por los dueños responde a especulaciones económicas. A que, supuestamente, esta insignia será más fácil de mostrar al mundo. A posicionar al club como marca. Al progreso. Y es una cara de ese progreso que defienden aquellos que no piensan en progresar con las comunidades. Es otra faceta que responde a la conversión del deporte en un espectáculo y alejarlo de sus raíces humanas y sociales. Aquella que nos dice que el que el club, en tanto marca o mercancía, es un activo más que puede ser modificado para atraer ingresos que van directo a los controladores -sociedad anónima, evidentemente- para perpetuar un ciclo en el que en ningún momento aparecen las comunidades que le dan vida y significado a los clubes en primer lugar. Es parte de la deshumanización de nuestros espacios y que ejemplifica en el deporte el caso de la insignia de Unión La Calera.
De una manera similar lo ve “La Banda Cementera”, colectivo de hinchas de Unión La Calera, quienes se muestran “en total desacuerdo con mostrarnos al mundo entero con una insignia que no conocemos y jamás nos representará”. Pueden leer su comunicado oficial completo en la siguiente imagen.
Revista Obdulio 