Defendemos los clubes y las agrupaciones de hinchas porque son la consecuencia directa de la autodeterminación, organización e independencia de las personas. Porque entendemos que la gente se reúne alrededor de sus intereses y alrededor de esos intereses genera también una comunidad. Ese colectivo formado es, luego, más grande que él mismo, porque ayuda a cada participante a crecer entre todos. A ayudarse.
Hoy no tenemos clubes, nos quitaron ese sitio institucionalizado de organización comunitaria, pero sí quedan los resabios de aquello que existió y que todavía se preserva en el corazón de muchos compañeros y compañeras. Espacios de ayuda, de colaboración y fraternidad entre camaradas, de generación y transmisión de cultura y tradiciones, de ritos. Lugares que todavía no pueden ser cooptados o eliminados por las sociedades anónimas, pese a que necesitan suprimirlos para eliminar a un enemigo al sistema. Todavía resisten. Latentes, pero a veces afloran. En estas fechas, por ejemplo, aparecen muchas organizaciones de hinchas, manteniendo el espíritu de los clubes y corporaciones, que autogestionan y organizan eventos navideños para las familias. En esas actividades, en esos espacios se siente la fraternidad y las ganas de hacer algo mejor. También son lugares de lucha política subyacente, pues estos actos, aunque sea inconscientemente, son contrarios al modelo imperante de manejo del fútbol profesional, ¿o han visto fiestas navideñas populares organizadas por alguna concesionaria?
Esta galería recoge imágenes de diversos eventos navideños que pudimos encontrar en las redes. Nuestros agradecimientos a la barra de Los de Abajo, a la Garra Blanca, a Los Cruzados y a Los Panzers. De seguro hay otros que no aparecen aquí registrados, pero que cumplen la misma labor y con la misma alegría. Nuestras sinceras felicitaciones a todas las organizaciones.
Revista Obdulio 